domingo, 13 de enero de 2013

Desde los Unites con Amor…


México del Norte
Jorge Mújica Murias
jmujicam@gmail.com

“La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) resaltó que durante este año, destinará 24.3 millones de pesos al programa 3 x 1 para Migrantes” dice uno de esos artículos de periódico que más parecen copia literal del comunicado de prensa oficial, “con el fin de impulsar proyectos de infraestructura en las comunidades de origen de los mexicanos que trabajan en los Estados Unidos”.
            Para aparentar que no es copia textual, el artículo luego dice que “En un comunicado, la dependencia recordó que el programa ha llegado a mil 400 localidades de 660 municipios de alta y muy alta marginación, donde se construyeron o rehabilitación de hospitales y centros de salud, así como escuelas, redes de agua potable, parques públicos, entre otras obras”.
Mil 400 es el promedio anual de obras que los gobiernos realizan con una aportación de dinero que llega desde los Estados Unidos, reunidos a través de colectas, bailes, rifas y simples cooperachas, para poder arreglar un poco el terruño.
Los migrantes ponen un dólar, y los gobiernos federal, estatal y municipal se tienen que poner con uno cada uno.
Suena muy bonito y muy patriótico, hasta que piensa uno que los únicos patriotas aquí son los migrantes que ponen su lana, porque en realidad todas esas obras de infraestructura son responsabilidad de esos gobiernos en los tres niveles, y debían realizarse sin que los migrantes tengan que ponerse con su cuerno. En otras palabras, es casi una especie de mordida para que los gobiernos hagan lo que de todas formas debían hacer.
En los más de 10 años del Programa 3 x 1, los migrantes ha financiado parcialmente “más de 14 mil obras de infraestructura y servicios”, reconoce la Sedesol. Por cierto, hay que recordar que el Programa no siempre ha sido 3 x 1, sino que comenzó en 1 x 1 y luego 2 x 1, es decir, que los migrantes pusieron hasta la mitad y una tercera parte del costo de esas 14 mil obras.

Y Por si No Alcanza…

Pero esos 24.3 millones de pesos (un poquito menos de 2 millones de dólares estos días), realmente palidecen ante la lana que los migrantes mandan a México, Solamente en noviembre del año pasado, según datos de la Fundación BBVA Bancomer, los migrantes se pusieron con 1,695 millones de dólares por concepto de remesas familiares.
Esa es la buena noticia. La mala es que la cantidad representó “una caída de 5.1% en comparación al mismo mes del año previo y una disminución de 4.6% si se compara con octubre de 2012”. Es decir, que los migrantes mandaron menos lana. De hecho, fue el quinto mes consecutivo que mandaron menos lana, y por ello, afirma BBVA Bancomer, “se dejaron de recibir en el país más de 950 millones de dólares en comparación a los datos registrados para esos mismos meses en 2011”.
Para tener un número completo de la reducción en las remesas, BBVA agrega que “El ingreso por remesas en pesos reales (descontando la inflación) que recibieron los hogares mexicanos fue 12.6% inferior a lo que obtuvieron el mismo mes del año previo”.
Pues si, así está la economía. Menos chamba en los Unites, más desempleo, más redadas de la migra, con la consecuente pérdida de empleos o por lo menos el cambio, de una fábrica a una agencia de trabajo temporal que paga la mitad de salario anterior.
Pero el punto de todo esto son otros números. Dice BBVA (y Bancomer debe saber esto con exactitud), que “la remesa promedio en dólares disminuyó en noviembre… al situarse en 300 dólares por envío, mientas que el número de transacciones aumentó, registrando 5.65 millones de operaciones”.
Ahí es donde la puerca tuerce el rabo. Cinco y medio millón de envíos costaron, por lo bajo, 55 millones de dólares, ya que las compañías remesadoras cobran un promedio de diez dólares por envío. Y a cada envío de 300 dólares, le sacan otro diez por ciento por la diferencia en el tipo de cambio.
En total, calculando unos 60 millones de transacciones al año y ganancias en cada una de 40 dólares, las remesadoras sacaron una tajada más de 2 mil 400 millones de dólares. En pesos, póngale 30 billones.
El Programa 3 x 1 debía convertirse en 10 x 3 y al revés. Diez dólares que pongan Money Gram, Western Union, Orlando Valuta y Banamex, y uno cada uno los tres niveles de gobierno para hacer su trabajo. A los migrantes, que ya los dejen de explotar…

sábado, 5 de enero de 2013

¿Nueva Diplomacia?

México del Norte
Jorge Mújica Murias
jmujicam@gmail.com


Para cuando el lector lea esta columna, la Ciudad de México estará siendo sede de una reunión anual que, este año, podría significar mucho para los migrantes. Podría, digo, porque no es obligatorio sino que depende de las políticas de cada gobierno acompañado de las ganas de hacer algo.
Es la reunión anual de cónsules y embajadores mexicanos con el presidente de la República, que se supone debe definir el rumbo de la actuación de estos señores alrededor del mundo, y su trabajo en el año que se inicia.
En esta ocasión, además de iniciar el año se inicia sexenio, y eso podría hacer la reunión un poco más interesante. De nuevo, podría, porque tampoco es obligatorio que las reuniones salgan bien y sus conclusiones le favorezcan a alguien, como los migrantes por ejemplo.
Y pa’ cerrar el panorama, la reunión marca también el inicio de un sexenio con otro partido en el poder, el PRI, después de 12 años de PAN. El cambio será importante, porque muchos puestos diplomáticos tradicionalmente se han utilizado como trampolines y puestos de transición. Desde el ex gobernador perdidoso al futuro senador, pasando por el ex Alcalde que como no servía para nada más alto terminaba de cónsul, y algún ex presidente incómodo como embajador en las Islas Fiji, el PRI tenía como costumbre usar las embajadas y consulados para esperar hasta la siguiente elección.
Cuando Vicente Fox llegó al poder, se enteró que el PAN no tenía prácticamente a nadie en el Servicio Exterior, y que el cuadro diplomático era todo priísta. Hoy, a doce años de distancia, el PAN ocupa la mayoría de las plazas, y eso se requetecomprobó con el operativo para registrar votantes panistas en el extranjero, único lugar donde le fue bien a Josefina Vázquez Mota.
Los priístas no quieren que la cosa siga así, y la rebatinga por los puestos esté de a peso.

Revlon, Baygón o Ruta 100

El director de orquesta para retomar el cuerpo diplomático es José Antonio Meade Kuribreña, priísta de hueso colorado, sin ninguna experiencia en el servicio exterior y diplomático, aunque sí ha tenido experiencia internacional, dirigiendo reuniones de banqueros, del Fondo Monetario Internacional y el G20.
Es abogado y economista, y se especializa en Economía del Derecho, graduado de Yale, la UNAM y el ITAM. Fue Director General de Banca y Ahorro de Hacienda y Crédito Público y Director General de Banrural, al que “saneó” desapareciéndolo y creando la Financiera Rural, en una medida llena de irregularidades legales y financieras. Al frente de la Financiera, Meade se apuntó el “triunfo” de reducir el nivel productivo con sus préstamos, inferiores a los números que sacaba Banrural.
Su premio fue convertirse en Coordinador de Asesores de Agustín Carstens, Secretario de Hacienda y Crédito Público, y por lo tanto negociador de la famosa reforma fiscal, ésa que aumentó los impuestos a los trabajadores y le concedió subsidios a las empresas transnacionales.
Premiado de nuevo, pasó a la Subsecretaría de Ingresos de Hacienda, y defendió el menos famoso IETU, impuesto empresarial que exceptúa de pagar impuestos, entre otros, a las compañías de remesas, a menos de que “exclusivamente se dediquen a la compraventa de divisas” y obtengan de ellas “más del 90 por ciento de su ingreso”. Las tiendas Elektra, por cierto, también venden muebles…
Premiado nuevamente, Felipe Calderón lo nombró Secretario de Energía (para los que siguen diciendo que el PAN es diferente del PRI), y como responsable de Pemex firmó los primeros contratos privados para exploración y producción, denunciadas como ilegales en el Congreso Mexicano. De ahí pasó a ser Secretario de Hacienda y Crédito Público, encargado de los recortes de presupuesto de la educación y la salud, pese a que México tenía los más altos ingresos tributarios de su historia.
Peña Nieto lo responsabilizará de hacer que México luzca bien en el extranjero, y que a todo el mundo se le olvide la violencia y los miles de muertos (982 en el primer mes del “nuevo PRI”, 33 más que en noviembre).
Pero a los priístas les vale sorbete la política. El pleito real entre los que quieren hueso está en irse a la Ruta Revlon, la Ruta Baygón, o a la Ruta 100.
Así le llaman, respectivamente, a los puestos diplomáticos de Europa, especialmente Francia, Inglaterra, el Vaticano, España y Alemania, a los huesitos de América Latina y el Caribe, y finalmente a las oficinas para la expedición de pasaportes y sedes similares, conocidas como la Ruta 100.
Con Meade Kuribreña al frente, los migrantes podemos esperar… nada.