México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
At this point in life nothing surprises me anymore. La Migra just “corrected” and “adjusted” its policies regarding deportations last week, and left them more or less as they were before, vague and without detail. It was an adjustment to the Secure Communities program, after the fact that Illinois, Massachusetts and counties in California said “no way José” to Barack Obama’s administration, declaring they will not be partners in his backwards idea of “security”.
Secure Communities is the elevation of the Polimigra at a national level, the program that forces every police in the country to collaborate with La Migra in exchange of nothing, which is not a very popular idea. But the adjustment does not acknowledge the States that are pulling out of Secure Communities. So to speak, it is an attitude of “I don’t care and I will work with whoever stays”.
According to the “adjustment”, each Migra has ample power and criteria to deport anyone they want, but also to decide who. That means that not all people detained by La Migra are put on deportation procedures. La Migra can decide who to deport and the can let go on a “deferred deportation”, with a 1-year permit to stay, renewable the following year, and who they can grant freedom on bond and the like.
One curious thing is the announcement by La Migra of the release of a training video for Polimigras, centered on how to avoid racial profiling, which only shows Latinos when giving examples of “illegals”.
Then they talk about certain “special treatment” to “witnesses” and “victims of crime” who help La Migra to persecute and prosecute criminals, but never make clear if Secure Communities will not deport such people if they don’t have papers.
Changing the Targets of Blame
On the contrary. Everything indicates Secure Communities is just a program to deport all and everyone who comes into contact with La Migra, a valuable tool to accomplish the annual numerical goal of half a million deportees.
After all that, I relieve it to be so strange that Janet Napolitano, high chief of Homeland Security and therefore top boss of La Migra, was one of the people scheduled to give testimony at the Senate hearing on the DREAM Act this week.
On one side, Napolitano establishes a goal of half-a-million deportees this year, and on the other one renders testimony in the Senate in favor of not deporting kids who were brought here by their parents before age 15.
The hearing itself sounds like a joke. It happened because Dick Durbin, the Democrats whip, in charge of lining up all Democratic Senators and tell them how to vote, insisted on introducing the DREAM Act again in the Senate.
It would seem that Durbin did not notice that last year the Senate failed twice to pass the DREAM. And even if it got approved in the Senate, it will be dead on arrival at the House, because Democrats lost their majority there also last year.
But like everything in politics, all is the opposite than it seems. The DREAM hearing is the first play in a big game: instead of being the Democrats the guilty party for the lack of immigration reform in the two years they enjoyed the majority in both houses of Congress, they will play with the immigrant community to make they believe it’s the Republicans fault. In other words, let’s introduce the bill again, and since Republicans will oppose it, they will be the guilty party, the bad guys! Latinos will then vote for the Democrats because they are the good guys!
For starters, the chief of the Judicial Committee at the House of Representatives, Republican Lamar Smith, already took the bait and announce that he will introduce legislation so La Migra does not have the Choice of offering deferred deportations, which are “a covered amnesty for illegals”. He will be the bad guy, and the victims are the poor Democrats who control La Migra, the true friends of the Latino and other immigrant communities.
If at the same time La Migra, still under the Democrats control pushes for a faulty secure Communities program, keeps its goal of 500 thousand deportees a year and puts out training videos of “illegal” Latinos… well, who cares, enit?
jueves, 30 de junio de 2011
Seguramente Inseguro
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
A estas alturas de la vida ya nada puede sorprendernos. La Migra “corrigió” y “ajustó” sus políticas de deportación la semana pasada, para dejarlas más o menos igual. Se trata de un “ajuste” a su programa de Comunidades Seguras, hecho después de que Illinois, Massachussets y California le pintaron un violín a la administración de Barack Obama, declarando de una u otra forma que no le van a entrar a su idea de la “seguridad”.
Comunidades Seguras es la Polimigra a nivel nacional, una forma de hacer que todos los policías del país trabajen de oquis para La Migra, y eso no a todo el mundo le gusta. Según el “ajuste”, La Migra tiene poderes para deportar a quien se le antoje, aunque reconocen que siempre han tenido chance de decidir a quién. Me explico. No a todos los detenidos por La Migra se les inicia un proceso de deportación. La Migra siempre ha tenido la libertad de decidir a quién sí y a quién no se le pone en proceso, y a quién deja ir con una fianza o con una cosa llamada “deportación diferida”, que quiere decir que lo dejan a uno quedarse por un año y al año vuelve a pedir otro año y así.
Luego, La Migra no dice nada ni de los estados que se han salido del programa ni de cómo otros pueden salirse. Por así decirlo, me vale, me vale y me vale… con los que queden me arreglo.
Una cosa curiosa es la declaración de que La Migra tiene un video para entrenar policías, que insiste en que no hay que hace perfilamiento racial pero todo el tiempo muestra latinos arrestados como ejemplo de “ilegales”.
También dicen que le darán tratamiento especial a los “testigos” y “victimas de crímenes” con tal de que ayuden a encontrar y castigar a los culpables de los tales crímenes, pero nunca aclaran si van a deportar a las víctimas que no tengan papeles basados en Comunidades Seguras.
Cambio de Culpable
Al contrario. Todo indica que Comunidades Seguras es un programa de deportación masiva de “no importa quién”, para cumplir una cuota anual de deportados.
Por eso extraña terriblemente que Janet Napolitano, la gran jefa de Seguridad Nacional y por lo tanto de La Migra, sea una de las personas que rindieron testimonio en la audiencia sobre la propuesta de Ley DREAM en el Senado esta semana.
Por un lado, Napolitano estableció que su meta de deportaciones de este año son 400 mil inmigrantes, y por el otro se presenta al Senado a decir que no hay que deportar a los jóvenes que fueron traídos aquí por sus padres antes de cumplir 15 años.
La audiencia misma es una broma de mal gusto. Obedece a que Dick Durbin, Senador Demócrata encargado de decirle a los demás senadores cómo hay que votar, y quien ha fallado dos veces en reunir los votos para aprobar el DREAM, volvió a presentar la propuesta ante el Senado.
Parece que Durbin no se ha enterado que los Demócratas perdieron la mayoría en la Casa de Representantes el año pasado, y que si hace un año no pudieron aprobar el DREAM pues menos ahora. Obviamente, aunque se apruebe en el Senado, no llegará a ningún lado en la Casa de Representantes.
Pero como todo en la política, las cosas son al revés de lo que parecen. La audiencia del DREAM es el inicio de una gran jugada: En vez de que los Demócratas sean culpados por no haber hecho nada durante dos años por la reforma migratoria, los dos años que tuvieron mayoría en las dos cámaras del Congreso, hay que jugar con los inmigrantes para hacer que desvíen su rabia contra los Republicanos.
En pocas palabras, ¡propongamos otra vez la ley, y como los Republicanos se van a oponer, pues van a hacer el papel de malos, y los latinos van a volver a votar por los Demócratas!
Para empezar, el jefe del comité Judicial de la Casa de Representantes, el Republicano Lamar Smith ya mordió el anzuelo y dijo que propondrá una ley para que La Migra no tenga libertad de otorgar deportaciones diferidas, calificándolas de “amnistía encubierta” para los indocumentados. Será el “malo”, y las víctimas los “pobrecitos” Demócratas, “amigos” de la comunidad inmigrante.
Que mientras La Migra, dirigida por Demócratas siga con Comunidades Seguras, con una meta de 400 mil deportados al año y con videos de latinos “ilegales”… pues no cuenta, ¿o si?...
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
A estas alturas de la vida ya nada puede sorprendernos. La Migra “corrigió” y “ajustó” sus políticas de deportación la semana pasada, para dejarlas más o menos igual. Se trata de un “ajuste” a su programa de Comunidades Seguras, hecho después de que Illinois, Massachussets y California le pintaron un violín a la administración de Barack Obama, declarando de una u otra forma que no le van a entrar a su idea de la “seguridad”.
Comunidades Seguras es la Polimigra a nivel nacional, una forma de hacer que todos los policías del país trabajen de oquis para La Migra, y eso no a todo el mundo le gusta. Según el “ajuste”, La Migra tiene poderes para deportar a quien se le antoje, aunque reconocen que siempre han tenido chance de decidir a quién. Me explico. No a todos los detenidos por La Migra se les inicia un proceso de deportación. La Migra siempre ha tenido la libertad de decidir a quién sí y a quién no se le pone en proceso, y a quién deja ir con una fianza o con una cosa llamada “deportación diferida”, que quiere decir que lo dejan a uno quedarse por un año y al año vuelve a pedir otro año y así.
Luego, La Migra no dice nada ni de los estados que se han salido del programa ni de cómo otros pueden salirse. Por así decirlo, me vale, me vale y me vale… con los que queden me arreglo.
Una cosa curiosa es la declaración de que La Migra tiene un video para entrenar policías, que insiste en que no hay que hace perfilamiento racial pero todo el tiempo muestra latinos arrestados como ejemplo de “ilegales”.
También dicen que le darán tratamiento especial a los “testigos” y “victimas de crímenes” con tal de que ayuden a encontrar y castigar a los culpables de los tales crímenes, pero nunca aclaran si van a deportar a las víctimas que no tengan papeles basados en Comunidades Seguras.
Cambio de Culpable
Al contrario. Todo indica que Comunidades Seguras es un programa de deportación masiva de “no importa quién”, para cumplir una cuota anual de deportados.
Por eso extraña terriblemente que Janet Napolitano, la gran jefa de Seguridad Nacional y por lo tanto de La Migra, sea una de las personas que rindieron testimonio en la audiencia sobre la propuesta de Ley DREAM en el Senado esta semana.
Por un lado, Napolitano estableció que su meta de deportaciones de este año son 400 mil inmigrantes, y por el otro se presenta al Senado a decir que no hay que deportar a los jóvenes que fueron traídos aquí por sus padres antes de cumplir 15 años.
La audiencia misma es una broma de mal gusto. Obedece a que Dick Durbin, Senador Demócrata encargado de decirle a los demás senadores cómo hay que votar, y quien ha fallado dos veces en reunir los votos para aprobar el DREAM, volvió a presentar la propuesta ante el Senado.
Parece que Durbin no se ha enterado que los Demócratas perdieron la mayoría en la Casa de Representantes el año pasado, y que si hace un año no pudieron aprobar el DREAM pues menos ahora. Obviamente, aunque se apruebe en el Senado, no llegará a ningún lado en la Casa de Representantes.
Pero como todo en la política, las cosas son al revés de lo que parecen. La audiencia del DREAM es el inicio de una gran jugada: En vez de que los Demócratas sean culpados por no haber hecho nada durante dos años por la reforma migratoria, los dos años que tuvieron mayoría en las dos cámaras del Congreso, hay que jugar con los inmigrantes para hacer que desvíen su rabia contra los Republicanos.
En pocas palabras, ¡propongamos otra vez la ley, y como los Republicanos se van a oponer, pues van a hacer el papel de malos, y los latinos van a volver a votar por los Demócratas!
Para empezar, el jefe del comité Judicial de la Casa de Representantes, el Republicano Lamar Smith ya mordió el anzuelo y dijo que propondrá una ley para que La Migra no tenga libertad de otorgar deportaciones diferidas, calificándolas de “amnistía encubierta” para los indocumentados. Será el “malo”, y las víctimas los “pobrecitos” Demócratas, “amigos” de la comunidad inmigrante.
Que mientras La Migra, dirigida por Demócratas siga con Comunidades Seguras, con una meta de 400 mil deportados al año y con videos de latinos “ilegales”… pues no cuenta, ¿o si?...
miércoles, 1 de junio de 2011
La Harina y El Queso
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
Hay cosas absurdas en este mundo, sin duda alguna, y una nota que viene de un ranchito de nombre Buncombe, en Carolina del Norte, ilustra bastante bien este hecho.
Antonio Hernández Carranza estuvo cuatro días en el tanque de la policía local. Se dedica a limpiar alfombras en Carson, Califas, y tiene una hermana en Tennessee, que es bien ducha para hacer tamales, y don Antonio decidió que sus tamales bien valían la pena hacerle una visita.
Manejó durante tres días y cuando no pudo más del cansancio se hizo a un lado de la carretera I-240 para echarse una pestañita. Ahí lo sorprendió la policía, y se acercaron a él para decirle que no podía quedarse a dormir. Antonio se puso al volante de inmediato y arrancó para seguir su viaje o encontrar otro lugar donde seguir durmiendo.
Esto no le hizo gracia a la policía, que decidió arrestarlo y revisarle el coche, y ponerle cargos legales por lo arrestaron por “presunta posesión de drogas, manejar ebrio e ignorar las órdenes de detenerse”. En una carta “aclaratoria” del cherife Van Duncan: “Nos preocupó su comportamiento extraño, no respondía a órdenes verbales, tuvimos que detenerlo. Un perro sabueso detectó la presencia de una sustancia extraña, que luego dio positiva por tres diferentes pruebas pero por la cantidad de la masa encontrada, enviamos una muestra al laboratorio de la Agencia Estatal de Investigación”.
También a Antonio le hicieron varias pruebas, de alcoholismo y drogas, y todas resultaron negativas.
Y lo que al perro le llamó la atención fue que Antonio llevaba harina para tamales, camarones y queso michoacano para festejar su reencuentro con su hermana. A la mejor el perro aulló por los camarones o por el queso, pero los policías se fijaron en la harina, que creyeron que era cocaína.
Antonio está libre, y ojala haya tenido chance de comerse sus tamalitos, pero varios grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes exigen que el sheriff Van Duncan se disculpe por la arbitrariedad cometida.
La Lana y el Racismo
En otro caso que a mi me suena absurdo, el veterinario mexicano José Alberto Hernández fue arrestado en su trabajo, la Sociedad Humana de Laguna Madre, en Texas, uno de esos grupos que se encarga de cuidar a las mascotas abandonadas y dar servicios veterinarios gratuitos a los dueños pobre de gatos y perros.
La falta cometida por Hernández es haber operado un par de animales mientras la veterinaria de planta está ausente por maternidad.
El jefe de policía acusó a Hernández de practicar su profesión sin tener licencia en Estados Unidos. “Estaba operando animales. Después de arrestarlo comprobamos que no tiene licencia y no está certificado por el estado de Texas”.
Lo peor de todo es la reacción a la noticia. De manera anónima, alguien escribe como comentario en Internet: “Un mexicano se presenta con una supuesta licencia mexicana de veterinario y el condado lo contrata aunque la licencia no sea válida en Estados Unidos. Y no solamente hace operaciones, sino que prescribe medicinas, para lo cual se requiere una licencia de la DEA (Administración de Cumplimiento de Drogas ó medicinas), que tampoco tiene porque no tiene licencia para practicar en Estados Unidos. ¡Qué mierda!”.
Evidentemente, el indignado comentario va mucho más allá de lo que aparenta. Primero, señala la nacionalidad del acusado. Pudiendo decir “una persona”, remarca “un mexicano”. Luego, duda de la validez de su documento profesional diciendo “una supuesta licencia”. Después remarca que hay un doble delito, no solamente operar sino “prescribir medicinas”. Y de remate, implica que era empleado municipal, lo cual es falso pero le agrega peso a sus argumentos.
En el fondo, ambos arrestos son absurdos. En el primer caso, por la sospecha de que un mexicano lleva un kilo de cocaína en un paquete de harina para tamales, junto al queso michoacano y los camarones.
En el segundo, porque los estudios para los títulos profesionales mexicanos cuestan muy poco comparados con los gringos, y eso lleva a que no sean reconocidos de este lado, porque acabarían con el ultramillonario negocio de la “educación”.
A mi se me hace que el conocimiento es el conocimiento, con licencia o sin licencia, en inglés o en español, y para el caso, los pacientes de Hernández no creo que disputen sus procedimientos. Y después de operados necesitan medicinas.
Pero en vez de discutir esto en Internet, los gringos se lanzan a ataques sospechosistas y racistas. Eso, yo creo, causa más daño que operar un perro y dos gatos. Eso daña a toda nuestra comunidad inmigrante.
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
Hay cosas absurdas en este mundo, sin duda alguna, y una nota que viene de un ranchito de nombre Buncombe, en Carolina del Norte, ilustra bastante bien este hecho.
Antonio Hernández Carranza estuvo cuatro días en el tanque de la policía local. Se dedica a limpiar alfombras en Carson, Califas, y tiene una hermana en Tennessee, que es bien ducha para hacer tamales, y don Antonio decidió que sus tamales bien valían la pena hacerle una visita.
Manejó durante tres días y cuando no pudo más del cansancio se hizo a un lado de la carretera I-240 para echarse una pestañita. Ahí lo sorprendió la policía, y se acercaron a él para decirle que no podía quedarse a dormir. Antonio se puso al volante de inmediato y arrancó para seguir su viaje o encontrar otro lugar donde seguir durmiendo.
Esto no le hizo gracia a la policía, que decidió arrestarlo y revisarle el coche, y ponerle cargos legales por lo arrestaron por “presunta posesión de drogas, manejar ebrio e ignorar las órdenes de detenerse”. En una carta “aclaratoria” del cherife Van Duncan: “Nos preocupó su comportamiento extraño, no respondía a órdenes verbales, tuvimos que detenerlo. Un perro sabueso detectó la presencia de una sustancia extraña, que luego dio positiva por tres diferentes pruebas pero por la cantidad de la masa encontrada, enviamos una muestra al laboratorio de la Agencia Estatal de Investigación”.
También a Antonio le hicieron varias pruebas, de alcoholismo y drogas, y todas resultaron negativas.
Y lo que al perro le llamó la atención fue que Antonio llevaba harina para tamales, camarones y queso michoacano para festejar su reencuentro con su hermana. A la mejor el perro aulló por los camarones o por el queso, pero los policías se fijaron en la harina, que creyeron que era cocaína.
Antonio está libre, y ojala haya tenido chance de comerse sus tamalitos, pero varios grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes exigen que el sheriff Van Duncan se disculpe por la arbitrariedad cometida.
La Lana y el Racismo
En otro caso que a mi me suena absurdo, el veterinario mexicano José Alberto Hernández fue arrestado en su trabajo, la Sociedad Humana de Laguna Madre, en Texas, uno de esos grupos que se encarga de cuidar a las mascotas abandonadas y dar servicios veterinarios gratuitos a los dueños pobre de gatos y perros.
La falta cometida por Hernández es haber operado un par de animales mientras la veterinaria de planta está ausente por maternidad.
El jefe de policía acusó a Hernández de practicar su profesión sin tener licencia en Estados Unidos. “Estaba operando animales. Después de arrestarlo comprobamos que no tiene licencia y no está certificado por el estado de Texas”.
Lo peor de todo es la reacción a la noticia. De manera anónima, alguien escribe como comentario en Internet: “Un mexicano se presenta con una supuesta licencia mexicana de veterinario y el condado lo contrata aunque la licencia no sea válida en Estados Unidos. Y no solamente hace operaciones, sino que prescribe medicinas, para lo cual se requiere una licencia de la DEA (Administración de Cumplimiento de Drogas ó medicinas), que tampoco tiene porque no tiene licencia para practicar en Estados Unidos. ¡Qué mierda!”.
Evidentemente, el indignado comentario va mucho más allá de lo que aparenta. Primero, señala la nacionalidad del acusado. Pudiendo decir “una persona”, remarca “un mexicano”. Luego, duda de la validez de su documento profesional diciendo “una supuesta licencia”. Después remarca que hay un doble delito, no solamente operar sino “prescribir medicinas”. Y de remate, implica que era empleado municipal, lo cual es falso pero le agrega peso a sus argumentos.
En el fondo, ambos arrestos son absurdos. En el primer caso, por la sospecha de que un mexicano lleva un kilo de cocaína en un paquete de harina para tamales, junto al queso michoacano y los camarones.
En el segundo, porque los estudios para los títulos profesionales mexicanos cuestan muy poco comparados con los gringos, y eso lleva a que no sean reconocidos de este lado, porque acabarían con el ultramillonario negocio de la “educación”.
A mi se me hace que el conocimiento es el conocimiento, con licencia o sin licencia, en inglés o en español, y para el caso, los pacientes de Hernández no creo que disputen sus procedimientos. Y después de operados necesitan medicinas.
Pero en vez de discutir esto en Internet, los gringos se lanzan a ataques sospechosistas y racistas. Eso, yo creo, causa más daño que operar un perro y dos gatos. Eso daña a toda nuestra comunidad inmigrante.
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