jueves, 28 de julio de 2011

Sanctuaries Without Saints

México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx


“Sanctuary” means, according to the dictionary, 1. Temple in which an image or remains of a saint are worshiped, as in the “the Sanctuary of Lourdes”; 2. Sacred or important valuable place, as in “the Pasteur Institute is a sanctuary of research; and 3. Place used as a refuge, to give protection or asylum, as in “terrorists were arrested at their sanctuary un South France”.

Just because it does not say it, the definition does not include something like “city or county in the United States were undocumented immigrants are free from La Migra”. I wish it said it…

But that’s the definition some people like to use, more inspired by good feelings than reality. And some others use it just to gain credibility among immigrants, promoting “sanctuary laws” without teeth. Some “sanctuary laws” I know of, particularly in Chicago, clearly say that “no authority shall collaborate with Immigration… unless Immigration specifically requests so…” and on and on.

And then it says, quite at the end, that no authority could be sanctioned because of not observing the law… and complaints regarding violations should be taken to … the authorities!

In a few words, the “sanctuary” where immigrants without papers are “safe” from La Migra just do not exist and do not protect, give asylum or refuge to no one.


Out Of But Really In


And the same is going on with the so called “opt out” of Secure Communities.

“With drums and orchestra it was announces last May that the state of Illinois was opting out of the Secure Communities program”, reports our colleague Fabiola Pomareda in La Raza newspaper. “Never the less, officers of the Immigration and Customs Enforcement confirmed they “keep working in Illinois and that the data base exchange continues, to identify undocumented immigrants”.

It could not be clearer. “Secure Communities is a federal program to share information, and the decisions on its operation are taken by the federal government only”, was told Fabiola by Nicole Navas, speaker for La Migra and person in charge of Secure Communities in Washington. “A state can not cancel its participation or ‘opt out’ after the government has already activated the program in the state”.

It is logical. Secure Communities is a data-share program between local police departments, Homeland Security (La Migra), and the FBI. When the local police officer arrests someone, fingerprints him or her and sends the info the FBI, La Migra gets a copy and boom! The arrestee is marked as a bad guy, drunk, or plain stupid because his biggest problem was not to stop at a stop light, but he’s also marked as undocumented, and avoiding deportation then is a big big problem.

Even worse, La Migra can check the data bases data of local and state police “from a desk at the Court building or using a laptop in a Starbucks”, Fabiola was told the spokesperson of the Cook County Sheriff, Steve Patterson.

Let’s be clear then. Secure Communities is not a voluntary program for cities and counties, even “sanctuary” cities and counties, and no one can “opt-out” of it.

The solution for La Migra to stop arresting immigrant bread winners who had a drink and then drove, or workers who did not stop at the stop sign to get on time to their jobs, is to eliminate Secure Communities, not to create “sanctuary” cities and counties or make them “immigrant friendly”.

But there’s guy who, all together by himself and him alone, could eliminate Secure Communities. His name is Barack Obama and, for the time being, he lives in Washington, D.C.

Other politicians who talk and talk about “opting-out” of Secure Communities are just lying thru their teeth…

miércoles, 27 de julio de 2011

Santuario Sin Santo

México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx



“Santuario” quiere decir, según el diccionario Espasa Calpe, 1. Templo en que se venera la imagen o reliquia de un santo, como “el santuario de Lourdes”; 2. Lugar sagrado, o importante y valioso, como “el Instituto Pasteur es el santuario de la investigación”; y 3. Lugar usado como refugio, protección o asilo, como “detuvieron a los etarras en su santuario del sur de Francia”.

Por no decir nomás, la definición no incluye algo así como “ciudad o condado de Estados Unidos done la Migra le pela los dientes a los indocumentados”. Ojala…

El caso es que así lo han definido algunos, más con buena voluntad que con los ojos en la realidad. Y otros más bien con ganas de pararse el cuello que con buena voluntad, porque muchas de las “leyes santuario” son más bien una vacilada. En varios casos que conozco de “leyes santuario”, particularmente en el caso de Chicago, dice claritamente clarito que “ninguna autoridad de la Ciudad podrá colaborar con la agencia federal de inmigración a menos que sea por petición expresa”, bla, bla, bla.

Luego dice, casi al final, más o menos, que ninguna autoridad será sancionada por no cumplir con esta ley, y que las quejas serán llevadas a las autoridades, bla bla bla…

En pocas palabras, el “santuario” donde los inmigrantes están “a salvo” no existe realmente, ni otorga protección real, ni asilo ni refugio a nadie.


Afuera Pero Adentro



Y lo mismo pasa con la tan cacareada “salida de Comunidades Seguras”.

“Con bombos y platillos se anunció en mayo pasado que el estado de Illinois no permitiría que continuara aquí la operación del cuestionado programa federal Comunidades Seguras”, reporta nuestra colega Fabiola Pomareda. “Sin embargo, oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas confirmaron que el programa aún funciona en Illinois y que se mantiene el intercambio de bases de datos para identificar inmigrantes indocumentados”.

Más claro ni el agua. “Comunidades Seguras es un programa federal para compartir información, y las decisiones sobre su operatividad son tomadas sólo por el gobierno federal”, dice Fabiola que le dijo Nicole Navas, vocera de La Migra y encargada de Comunidades Seguras en Washington. “Un estado no puede cancelar su participación o salirse cuando el gobierno federal ha activado el programa en dicho estado”.

Es obvio. Comunidades Seguras es un programa de intercambio de datos entre las policías locales, el Departamento de Seguridad Nacional (La Migra), y el FBI. Cuando la chota local hace que uno toque pianito y manda las huellas al FBI, La Migra recibe una copia y ¡zaz! El detenido queda marcado como borracho inofensivo porque nomás se pasó un alto y anda hasta las manitas, pero también es identificado como indocumentado, y librarlo de la deportación está en chino.

Pa’ peor, La Migra puede consultar las bases de datos locales de la policía estatal y los condados, “de un escritorio en el edificio de las cortes criminales o usando una laptop en un Starbucks”, le comentó a Fabiola, el vocero del Alguacil del Condado de Cook en Illinois, Steve Patterson.

Seamos claro, pues. Comunidades Seguras no es voluntario ni las ciudades o condados por más “santuario” que sean, se pueden “salir” de él.

La solución para que La Migra deje de agarrar padres de familia que se pasaron de copas ayer en la noche, o que se pasaron un alto para llegar a tiempo a la chamba, es eliminar Comunidades Seguras, no crear ciudades o condados “santuario” y “amistosas con los inmigrantes”.

Y hay un señor que, solito solito, con una firma en un papelito, puede eliminar Comunidades Seguras: se llama Barack Obama y por ahora vive en Washington.

Los demás políticos que se llenen la boca hablando de “salirse de Comunidades Seguras” mienten con todos los dientes…

lunes, 11 de julio de 2011

Mentalidad De Filipino

México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx

“El problema no es que sea indocumentado”, dice Mark Krikorian, jefazo de esa organización anti inmigración llamada Centro de Estudios de Inmigración. Es que es un inmigrante ilegal y tenía documentos falsos”. De remate, agrega Krikorian: “Vino a estados Unidos de niño, pero vino con una identidad de ya formada como filipino. En otras palabras, tenía 12 años”.

La palabrería, por supuesto, se refiere al caso de José Antonio Vargas, periodista que hace unas semanas siguió el ejemplo muchos otros jóvenes indocumentados y se declaró abiertamente sin papeles. Su familia lo mandó para acá a los 12 años, creció en Mountain View, California, y se entero de que era indocumentado cuando le llegó la edad y la pasión de manejar un coche. Sus papeles chuecos rebotaron.

Trabajó en el San Francisco Chronicle, se graduó de la Universidad Estatal de San Francisco con licenciaturas en Ciencias Políticas y “Black Studies”, chambeó después en el Philadelphia Daily News y el Washington Post lo reclutó al graduarse, en 2004.

Sus reportajes sobre el SIDA en Washington los convirtieron en un documental llamado “The Other City”, y su cobertura de la balacera en la Secundaria Virginia Tech le hicieron ganador del premio Pulitzer, algo así como el Oscar del periodismo. El Washington Post lo nombró reportero político para cubrir la campaña de Barack Obama porque “veía YouTube todos los días y estaba en Facebook".

Dice Krikorian que no hay que darle la residencia porque “solamente se debe legalizar a jóvenes cuyas identidades se hayan formado aquí, que no tengan memoria de otros países, que realmente sean americanos en todo menos los papeles”. Y sigue: “Este hombre tiene habilidades y capacidades reales. Debía irse al país de sonde es ciudadano, al país donde vivió la mayoría de su infancia”


¡Jálele, Señor!


“Pull it, Sir”, es como le dicen a los gringos que se pronuncia Pulitzer, una familia judía emigrante de Hungría en el Siglo XVIII. Joseph estudió francés y alemán, y después de fracasar como soldado en varios ejércitos europeos emigró a Estados Unidos en 1864.

Se enlistó en la caballería, en un regimiento en la Guerra Civil donde solamente se hablaba francés, alemán y húngaro, así que no aprendió inglés. Después de la guerra vendió un pañuelo de seda en 75 centavos y con eso viajó a San Louis, Missouri, donde se hablaba tanto alemán como en Berlín. Trabajó de mesero y se puso a estudiar ingles en la biblioteca pública, y se enlistó para trabajar en una plantación de azúcar en Louisiana. Escribió un relato sobre su aventura y se la publicaron en el periódico Westliche Post y después lo contrataron como reportero. Estudió leyes pero no pudo ejercer por su terrible acento en inglés.

Se candidateó para diputado local en 1969 y ganó, y después ganó la elección como Congresista pero renunció para dedicarse al periodismo. Para 1872 ya había comprado dos periódicos y fundó otro, el The New York World, que tuvo la mayor circulación en el país en 1895. En 1892 le ofreció fondos a la Universidad e Columbia para fundar la primera escuela de periodismo.

Murió en Carolina del Norte, en 1911, y sus últimas palabras fueron “Leise, ganz leise” (tranquilo, muy tranquilo), pronunciadas en su alemán natal.

Y para mí ahí está la cosa.

¿Si un chamaco vino de Hungría a Estados Unidos y se convirtió en el gran potentado del periodismo y se estableció el premio nacional del periodismo en su honor, por qué otro chamaco que se ganó el premio no puede quedarse? ¿Porque tiene “mentalidad de filipino”?

Joseph Pulitzer ha de estar revolviéndose en la tumba con las imbéciles consideraciones de Krikorian, y ha de estar maldiciéndolo… ¡en alemán!

miércoles, 6 de julio de 2011

Un Error del Senador

México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx


Un error cualquiera lo tiene, claro, aunque sea senador. Es más, parece que ser senador en el Estado de Illinois como que le da a uno un poco más derecho a meter la pata.

Resulta que hace un año y tantito, “por error”, la oficina del Senador estatal Martín Sandoval le otorgó una beca de 8 mil 200 dólares a un chamaco de nombre Michael A. Giorango. O al menos así se “resolvió” la historia de la beca, diciendo que hubo un error, aunque la verdad no atino a ver cuál.

Según Martín la solicitud de la beca “no cumplía con los requisitos. No tenía un ensayo de 500 palabras ni la acreditación de sus calificaciones, y no tenía mi firma”. Dirá Martín lo que quiera, pero esos no suenan como “errores”. El hecho es que así se recibió y tramitó la solicitud, y todo suena a que la beca no se otorgó “por error”.

El antes agraciado y después desgraciado y desbecado estudiante, Michael A. Giorango, es hijo de un conocido mafioso local, Michael “Jaws” Giorango, varios años entancado por una preciosa colección de delitos, desde falsificación de declaraciones de impuestos a prostitución de alto nivel en un hotel de Miami Beach que se compró con los préstamos fraudulentos que sacó del Broadway Bank, el banquito de la familia del ex tesorero del Estado de Illinois Alexi Giannoulias.

En su solicitud, el chamaco cumplió algunos requisitos. Por ejemplo, aunque su licencia de manejo dice que vive en Orland Park, puso como residencia permanente la dirección en Archer Heights de un auxiliar de Sandoval, Rudolph Acosta Sr., que si vive en el distrito. Acosta es Capitán de Precinto del Distrito Electoral 14, el de Ed Burke, el segundo hombre más poderoso en el Ayuntamiento de Chicago, y recibió 8 mil 300 dólares por “servicios prestados” a la campaña de reelección de Sandoval después de que el joven Giorango obtuvo su beca.

Dice Sandoval que el “error” estuvo en que una persona de su oficina usó un sello con su firma para pasar la solicitud de beca a la Junta Escolar de Illinois un “error administrativo”.

Hace un año le quitaron su beca al chavo Giorango, o más bien lo “convencieron” de que renunciara a ella y punto final, según Martín. “Hice lo que el público quiere que haga, revisiones y mantener controles internos que funcionen. Hice lo correcto”.

Será el sereno… a mí lo que se me hace un error es que haya tanto nombre de político envuelto en una simple beca de 8 mil 200 dólares…