martes, 20 de marzo de 2012

La Suerte del Irlandés…


México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx

Habría que apellidarse O’Pérez, o tal vez O’González, O’Algoasí, y hablar inglés con fuerte acento para tener un chance de que, siendo inmigrante, pueda uno chambear en Estados Unidos.

Lo del acento ya lo tenemos, como puede comprobar uno hasta en niños hijos de inmigrantes de segunda generación que siguen siendo Pérez y no Perez, y Carlos en vez de Charlie, pero lo del apellido de plano se nos niega.

Todo esto viene a colación porque así como para festejar el Día de San Patricio, Santo Patrón de Irlanda, el 17 de marzo pasado, Scott Brown y Mark Kirk, dos senadores Republicanos, propusieron la Ley de Reconocimiento y Aliento a la Inmigración Irlandesa del 2012, (Irish Immigration Recognition and Encouragement Act of 2011).

La propuesta trata de abrir el programa llamado E-3, para trabajadores con Habilidades Especiales. Y no se crea que siendo mariachi, habilidad especial que no se encuentra muy frecuentemente fuera de Jalisco ya la hizo. No se trata tampoco de tener buena mano con las plantitas de una maceta y ni siquiera ser buen jardinero, sino que hay que ser cosas así como agrónomo pa’ conseguirlas, y no cuenta haberse leído todos los Libros Vaqueros, sino que hay que ser bibliotecario.

Es un programa bonito, con el que un inmigrante puede venir, traer a su familia, le dan visa a la pareja y pa’ rematar, duran solamente tres años pero son prácticamente renovables de por vida, no como las méndigas visas TN que le dan a los mexicanos por el Tratado de Libre Comercio.

Ah, se me olvidaba un detallito. Para conseguir una visa E-3 hay que ser australiano.

Por eso la nueva propuesta de ley, porque es una verdadera injusticia que los australianos, que descienden todos de los irlandeses, no puedan conseguir una E-3.


Nadie la Desea…


Pero eso de la “suerte del irlandés” es nomás un decir, porque en realidad es una frase irónica, que se refiere más bien a la “mala” que a la “buena” suerte, nacida porque en la historia de los irlandeses han pasado pocas cosas buenas.

Para empezar, los invadieron los celtas y luego los vikingos, y después su Santo Patrón ni siquiera era irlandés, sino británico, y fue el que le quitó su religión a los druidas, descendientes de los invasores celtas y vikingos de otras épocas. Sería como adorar en México a San Hernán Cortés.

Con San Patricio vinieron los ingleses, que los masacraron sin misericordia durante 100 años. Ya conquistados, los ingleses dedicaron las tierras de cultivo a sus vacas, y mataron de hambre a un millón de irlandeses que vivían de sembrar y comer papas. Otro millón se volvió inmigrante, viniendo a Estados Unidos, donde los ya establecidos colonos alemanes e ingleses los discriminaron a más no poder, volviéndolos carne de cañón en todas las guerras de la época a cambio de hacerlos ciudadanos. Hasta la fecha, Irlanda no llega a los números de pobladores que tenía en 1847.

Por cierto, cientos de esos pobres irlandeses pobres fueron enviados en esos años a invadir México, por ser la guerra del momento, pero desertaron del ejército gringo y se pasaron del lado de los mexicanos hasta que todo su batallón, de nombre obviamente San Patricio, fue derrotado y capturado entre el fuerte de Churubusco, la Batalla del Molino del Rey y el Castillo de Chapultepec. Los gringos los juzgaron y los colgaron, a un par de ellos los encarcelaron y les marcaron la mejilla con la letra “D”, de “desertor”.

Para colmo de la mala suerte de los irlandeses, a la propuesta Ley de Reconocimiento y Aliento a la Inmigración Irlandesa del 2012 no le ha ido bien. Chuck Grassley, un Republicano de Iowa más retrógrada que los demás, se opone a la propuesta porque dice que “los trabajadores extranjeros le quitan beneficios a los trabajadores ‘americanos”.

Para colmo del colmo, la propuesta puede que sea nomás una jugarreta política, típica en estos días, porque sus dos proponentes Schumer y Brown, representan los estados con más inmigrantes irlandeses, Nueva York y Massachusetts, de manera que su súbito apoyo por una propuesta de inmigración suena como a lo que Barack Obama anda haciendo por todos lados: prometer reformas mínimas que no resuelven el tema como se debe, y en el caso de los Republicanos es todavía más raro.

Como quiera que sea, siquiera por aquella manita que nos echaron en 1948, ojalá se le haga a los irlandeses, y esperamos que se apruebe la mentada propuesta de ley de ampliación del programa E-3.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Más Rápido que de Boleto…

México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx

Si la realidad corresponde a los números de los estudios más recientes, entonces los mexicanos que se arriesgan a buscar el “sueño americano” están más desilusionados que nunca. Eso se desprende de los resultados revelados por Carla Pederzini, investigadora de la Universidad Iberoamericana, según los cuales del más de un millón de paisanos que habían emigrado entre 1995 y 2000 nomás se retacharon 260 mil, pero de los más lentos o los más chamacos, unos 990 mil, que su fueron para “el norte” entre 2005 y 2010 se retacharon casi 308 mil.

Por aquello de que esos son demasiados números para cualquiera que no sea investigador, la cosa en corto es que solamente 18 de los emigrados hasta el 2000 se regresó, pero uno de cada 3 de los emigrados después del 2000 nomás no aguantó la vida en los “Unites”. Y que conste que dice “retornados”, no deportados por la Migra. “Hay un aumento en el retorno y una disminución en la salida, que hace que en 2010 el flujo fuera prácticamente cero”, dice Pederzini.

Reaccionando ante el número de retornados, el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Gustavo Mohar, reconoció que el gobierno “no está preparado” para ese retorno. “Hay un retorno mucho mayor al estimado. Suponíamos que iba a haber retorno de mexicanos dadas las condiciones económicas de Estados Unidos, pero el fenómeno de alguna manera toma por sorpresa”.

“No habíamos pensado en que eso iba a suceder o que podría suceder pronto”, dice Mohar, y agregando que “dábamos por un hecho que los mexicanos que se iban se quedarían allá por mucho tiempo”, y se pregunta “¿cómo reinsertar a los mexicanos?”.


Y más Fregados que Nunca


La pregunta cabe, porque según Adolfo Albo, economista de la Fundación BBVA Bancomer, “un 70 por ciento de retornados encuentra trabajo en menos de tres meses, pero un 35 por ciento en el sector informal”, forma elegante de decir que se vuelven vendedores de videos piratas o payasitos en las esquinas. “Tiene un ingreso de un salario mínimo o menos y 80 por ciento no cuenta con seguridad social.

“Sólo 5 por ciento de los que regresan a México cuentan con ahorros suficientes para iniciar un negocio”, explican por su lado Jeffrey Passel, demógrafo del Centro Hispánico Pew, y René Zenteno, investigador de El Colegio de la Frontera Norte, como si la explicación fuera necesaria, porque es obvio de toda obviedad que si se regresaron fue porque no “la hicieron” de este lado.

Entre todo ello, se mezclan broncas como la desintegración familiar, porque según los investigadores hay más de 3 millones de chamacos nacidos en Estados unidos y por lo tanto de nacionalidad estadounidenses, que tienen al menos un familiar indocumentado, y problemas, según Mohar, como “la violencia y la inseguridad en México, toda vez que hoy es más difícil cruzar el territorio nacional en razón de la presencia de organizaciones del crimen organizado”.

Todo lo anterior no importa para que, según el Pew Institute de Estados Unidos, México sea “el país con mayor población migrante en el mundo, al contar con casi 13 millones de ciudadanos en el exterior”. Le siguen la India, con 11.8 millones, Rusia, con 11.3 millones; China, con 8.4 millones; Bangladesh, con 6.5 millones, y Ucrania, con 6.5 millones”.

Pero todo lo anterior si importa para la conclusión de toda la bola de números, estudios y estadísticas. Según Passel y Zenteno, “se prevé que en el futuro cercano se incremente la migración hacia Estados Unidos”.

En resumidas cuentas, entre la vislumbrada recuperación económica en Estados Unidos, por aquello de que el trabajo llama a los trabajadores, bien podemos esperar una nueva ola migratoria compuesta, entre otros, de los papás de los chavos nacidos de este lado que se habían regresado. Como quien dice, de estar fregado allá a estar fregado acá, pues mejor estar de perdida con la familia.

Sin ser ni adivino ni investigador ni numerólogo, yo diría que más rápido que de boleto, comenzarán a llegar por ahí de Navidad, para reunirse con sus familias de este lado, nomás que hayan pasado las elecciones generales en México y en Estados Unidos, cualesquiera que sean sus respectivos resultados…