miércoles, 18 de julio de 2012

El Voto Caro


México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx

El Voto Caro

Además de caro, el voto más caro del mundo resultó, según algunas opiniones, un total fracaso. Solamente 40 mil 714 mexicanos que viven fuera de su país pudieron superar los obstáculos impuestos por el Código Federal de Instituciones y Procesos Electorales, el COFIPE, y emitieron su voto “en tiempo y forma”.
            Salió caro, según las cifras del Instituto Federal Electoral, el IFE, alrededor de 505 dólares por voto emitido, incluyendo desde el pre-registro por Internet porque el Padrón del Exterior solamente se abre por 90 días cada seis años, y hasta doble costo postal porque el correo gringo devolvió en 5 días, según su norma, los paquetes que los votantes no recogieron a tiempo. De hecho, solamente votó un 68.87 por ciento de los registrados, y 18,378 votos no llegaron a tiempo para contarse.
            Fue, dice el flamante senador por Jalisco Arturo Zamora, “el voto más caro del mundo”, un “voto fracasado”, y se pronuncia por “una reforma electoral para facilitar el voto de los mexicanos en el extranjero, eliminar la burocracia, impulsar que líderes de paisanos tengan mayor representación en el Congreso y establecer candados para evitar el uso electorero de la red consular”. Su malestar es doble, porque según los resultados de la votación desde el exterior, el PRI quedó en un irrisorio tercer lugar.
            No extraña el argumento de que la red consular mexicana trabajó en beneficio del PAN porque, extrañamente, de los 40,714 votos “de afuera”, Josefina Vázquez Mota se llevó 17 mil y pico, un 42.16 por ciento, resultado que contradice los resultados “oficiales” del voto en México. Pero Andrés Manuel López Obrador se llevó 15,878 votos, prácticamente el 39 por ciento, y ahí si que no se puede acusar a los consulados.
            Enrique Pena Nieto solamente sacó 6,359 votos, poquito más del 15 por ciento, y Gabriel Quadri no alcanzó ni mil votos.

El Voto Barato

Curiosamente, el resultado del Exterior entre López Obrador y Peña Nieto se parece bastante al de las casillas especiales ubicadas en territorio nacional, donde el primero ganó con el 41 por ciento del voto, contra un 28 por ciento de Peña Nieto. Más aún, si yo fuera el Peje López Obrador, argumentaría también la manipulación de este voto externo, por la rareza de la votación por Chepina Vázquez Mota.
            Ojalá el Peje gane la demanda por la anulación de la elección, porque con él ganaría la democracia y ganaría el pueblo de México, el de adentro y el de afuera, pero como mexicano en el extranjero, mi atención ya está puesta en nuestra participación para la próxima elección.
            De los 21 millones de mexicanos en edad de votar que vivimos en México del Norte (según el Censo de población de Estados Unidos), solamente votamos el 0.21 por ciento. Dice el IFE que poco más de medio millón tenemos credencial para votar, aunque ahí cuentan la credencial ’03, que ya no servirá para la próxima elección. Dicho al revés, unos 15.8 millones de mexicanos residentes en Estados Unidos en edad de votar no tienen credencial.
            De ahí la importancia de que Zamora llame a una reforma de la Ley Electoral, nomás que yo la veo en chino. Curiosamente, para empezar, Zamora es actualmente vicecoordinador de Asuntos Jurídicos del PRI en la Cámara de Diputados, y no le vimos ganas en los últimos tres años de impulsar reforma alguna que hubiera ampliado el voto exterior.
            Por si Zamora ahora sí se anima, ahí le van algunas sugerencias: Para empezar necesitaríamos, de perdida, credencialización abierta del IFE en Estados Unidos y otros países del extranjero, en vez de que nos sigan vendiendo Matrículas Consulares. Después, necesitaríamos voto electrónico, que ya el Distrito Federal probó que es cien por ciento confiable, en vez del ridículo proceso postal. Luego, necesitaríamos no solamente votar sino “ser votados”, como dice la Constitución, y eso implica abrir curules de diputados y senadores migrantes, porque no podemos postularnos todos para Presidente. Ya encarrerado el ratón, de una vez queremos votar por gobernadores, presidentes municipales, congresos estatales y ediles, que son los que a final de cuentas nos friegan en los programas 3 X 1 y similares.
            Pero ahí es donde la puerca tuerce el rabo. Con eso de que acá votamos contra el PRI y ya #Somos132 por todos lados, se me hace que no van a querer reformar la ley. Después de todo, repartir por acá tarjetas de Walgreens o de K-Mart para comprarnos el voto le saldría al PRI bastante más carito que sus tarjetas de Soriana…