miércoles, 3 de julio de 2013

El Rastro del Billete

México del Norte
Jorge Mújica Murias


“Follow the Money” (sigue el dinero), dicen los detectives de los programas chafas de televisión cada vez que no tienen ninguna pista para resolver un caso. Y por chafas que sean, la receta no falla. En la política gringa esto no es la excepción sino más bien la regla del juego. Y en la atrocidad que nos quieren vender como “reforma migratoria”, es más verdadero que nunca.
Empecemos a seguir el dinero. En la última sesión del Senado hubo varias propuestas de cambio que no se aprobaron porque “el arroz ya estaba cocido” con el acuerdo entre Demócratas y Republicanos de “asegurar la frontera” a base de meterle millones de dólares, pero que nos dejan ver como va a venir la discusión en la Casa de Representantes.
Entre otras cosas, se propusieron: una multa para las remesas si el que manda lana no puede probar que está aquí sin papeles;  extender la autorización de un programa que dure hasta el 2018 de “prevención del crimen en la frontera” para financiar gobiernos locales y tribales; usar las multas que paguen los indocumentados para financiar la corte migratoria, y una autorización sin restricciones para que el Departamento de Seguridad Nacional compre “todo el equipo que necesite” para asegurar la frontera.
            Para dar idea del “equipo necesario”, nomás en el Sector Yuma-Tucson de la frontera se “requieren”: 50 torres de vigilancia; 73 cámaras fijas con sistemas de vigilancia por video; 28 sistemas portátiles de vigilancia con video; 685 sensores terrestres para detección de temblores, imágenes y con capacidad infrarroja, y 22 equipos manuales portátiles para detección de imágenes térmicas y lentes para visión nocturna. Para toda la frontera, se “necesitan” 86 torres de vigilancia, 286 cámaras fijas, 232 sistemas de vigilancia móviles, 4,595 nuevos sensores, cuatro aviones no tripulados (drones), 27 nuevos helicópteros, incluidos 10 Blackhawk, y 30 navíos. Si todo eso suena como a equipo militar, es porque eso es.

Lana Sube, Lana Baja

Como quien dice, lana, lana y más lana. No asombra. De por si, los Republicanos que siempre se quejan de que "el gobierno es muy grande y hay que reducirlo", incluyeron como parte del acuerdo aumentar ese mismo gobierno en 20 mil trabajadores, agentes de la Patrulla Fronteriza, en lo cual se van a reventar 38 mil millones de dólares. Claro, los trabajos irán a comunidades en los Distritos Electorales Republicanos que se sentirán agradecidas con el congresista en turno y votarán por él en la próxima elección.
            Según reportes de El Diario de El Paso, las compañías Mobile Demand, Special Tactical Services, Pepperball, TSG, Stress Vest, la israelí RT y Academi (nuevo nombre de la empresa de seguridad privada Blackwater, responsable de docenas de asesinatos en Irak, ahora propiedad de Monsanto), ya se reunieron con la Patrulla Fronteriza, Aduanas y Protección Fronteriza, la DEA y el alcalde de El Paso para ofrecer sus servicios y concretar contratos por varios años basados en la “reforma migratoria”.
            Según la revista Forbes, los contratistas del ejército Northrop Grumman, Raytheon, Lockheed Martin, General Dynamics y Rockwell Collins dicen que como ya no hay guerra en Afganistán han perdido muchos contratos y están listos para entrarle a la frontera. Y según el periódico New York Times y la Revista “New Defense”, la propuesta del Senado “parece una lista navideña de compras de estas empresas”. La compañía alemana Heckler & Koch y la Remington Arms están listas para vender armamento y municiones, y la corporación de seguridad Chenega se apuntó ya para entrenar a los nuevos elementos de la Patrulla Fronteriza. Y el famoso muro fronterizo cuesta un promedio de 15 millones de dólares por milla, y la propuesta de “reforma” ordena construir 700 millas.
            Y muy escondido, en las páginas 218 a 220, el proyecto incluye también “fondos para las organizaciones que ayuden a los solicitantes elegibles”. Los otorga, a “las organizaciones no lucrativas comunitarias, religiosas y otras, cuyo personal demuestre capacidad y experiencia en dar servicios a inmigrantes, refugiados y asilados”, para “informarlos sobre la elegibilidad y beneficios del registro provisional de inmigración, asistirlos para solicitar el registro”, bla, bla, bla, y para “elegir a los solicitantes que sean elegibles, completar las solicitudes, completar su documentación y educarlos sobre las responsabilidades de los ciudadanos, en civismo, en inglés y ayudarlos para naturalizarse ciudadanos de Estados Unidos”.
            Ahí salta la pulga. Las organizaciones que apoyan esta “reforma” simplemente van también detrás de la lana, que “se otorgará de 2014 a 2018”.

            Pero se venden baratas. O más bien, venden baratos a los inmigrantes. Sus 30 monedas son miserables 50 millones de dólares anuales. En total, 300 millones de dólares en cinco años. Migajas, comparados con los 38 mil millones de dólares que costará “asegurar” la frontera y hacerle la vida imposible a los indocumentados.