sábado, 29 de octubre de 2011

¿Comedia o Tragedia?

México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx

Comedia, dice el diccionario de eso que llamamos español, es una “Obra dramática en cuya acción predominan los aspectos alegres o humorísticos y cuyo desenlace es feliz”, o simplemente un “Suceso gracioso o cómico”. Tragedia, por el otro lado, en una “Obra dramática cuyo desenlace es desgraciado”.

Supongo que fuera del teatro, en la vida real, si algo es una comedia o una tragedia dependerá del punto de vista. Al menos eso es lo que pasa con la situación de la comunidad migrante y la política hacia ellos de parte de la administración en el último año.

Primer Acto: ¡Comenzamos!

“Un número record inmigrantes fueron deportados de Estados Unidos en 2010, y el año quedó también marcado por la expansión del programa Comunidades Seguras del Servicio de Inmigración y Aduanas, que identifica extranjeros indocumentados que has sido arrestados. Durante el año fiscal ICE deportó a 392,862 indocumentados, de los cuales más de 195 mil eran criminales, un aumento de más de 23 mil deportaciones comparado con 2008. En 2009 se deportaron 389 mil inmigrantes, y la meta para 2011 es de 404 mil”.

Eso se publicó un par de días antes de iniciar el año 2011, basado en declaraciones de Janet Napolitano, jefa de Seguridad Nacional. La postura era ¡duro con los indocumentados!

Segundo Acto: ¡Duro Nomás con los Malos!

Para agosto de 2011, curiosamente después de publicarse una encuesta que le daba a Barack Obama un apoyo para su elección de solamente un 23 por ciento dentro del electorado latino, su política migratoria dio un vuelco.

“La administración declaró que revisará los casos de 300 mil inmigrantes ‘ilegales’ (odiosa palabrita en la redacción original, no mía) que actualmente están en proceso de deportación, para identificar ‘criminales de baja prioridad’, incluyendo los envejecientes, víctimas de crímenes y gente que ha vivido en Estados Unidos desde niños, y darles la posibilidad de quedarse aquí”. Janet Napolitano destacó que se trataba de concentrarse en los “criminales ya juzgados, y otros que representen un peligro al público”.


Reírse Para No Llorar


Tercer Acto: ¡Deportamos Más Que Nunca!

Hace apenas un par de semanas, de nuevo le tocaron los reflectores a Janet, al anunciar que a fin de cuentas no habían llegado a su meta de 404 mil deportados en el año fiscal. De cualquier modo, rompieron su récord anterior, con 396,906, y declaradamente según la administración, demostraron que el número podría hacerle ganar a la administración de Obama “los votos independientes que abandonaron a los Demócratas en las elecciones intermedias del 2010”.

Agregaron que de los 396,906 deportados, 216,698 habían sido sentenciados por diversos delitos, y por no dejar, en esta sociedad donde los números parecen confirmar cualquier cosa que se declare, que “esto representó un aumento de 90 por ciento en los criminales deportados comparado con el año fiscal 2008.

Cuarto Acto: Ni Eran Tan Tantos

La declarada idea de ganar votos con los números se fue a la goma en un par de días, así que Obama personalmente en persona se echó pa’trás en un par de días. A la mejor contó los famosos independientes contra los latinos, que otra vez se enfurecieron con él por andar deportando tanta gente después de haber “ablandado” su política de deportaciones meses antes, y en desayuno con los periodistas latinos admitió que ni era para tanto. “La estadística es de hecho un poco engañosa”, dijo el presi. “Con una mayor vigilancia fronteriza hemos estado arrestando gente en la frontera y los mandamos de regreso en uno o dos días y los contamos como deportaciones”.

A estas alturas, las contradicciones, idas y venidas de la política migratorio-deportativa de Obama daría risa, pa’trás, pa’delante’, pa’trás de nuevo, para tratar de ganarse votos independientes o latinos para reelegirse.

Si fueran puros números abstractos, como de cuántos trabajos se han creado o en cuánto anda la inflación, nos moriríamos de risa con el va y viene.

Pero no puede dar risa porque detrás de cada número hay vidas humanas. No son estadísticas. Son personas. Padres y madres de familia, tíos y primos, trabajadores, vendedores ambulantes, jardineros y estudiantes. Son gente, arrancada del lugar en donde viven y enviadas a otro país, del que originalmente vinieron, convertidos en juguetes numéricos para tratar de ganarse una elección.

Para la administración es una comedia. Para nosotros una tragedia.

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