jueves, 20 de enero de 2011

México del Norte
Jorge Mújica Murias
(Exclusivo para La Raza)



Impuestos Torturados

¡Caray! Sin duda se va a notar la ausencia del “boss” Richard Daley en la Alcaldía de Chicago. Lo digo porque desde el anuncio de que ya no se va a morir trabajando los políticos locales andan desatados.
Esta semana en Huffingtonpost, una conocida página política de Internet, la hoy Representante Estatal y aspirante a Secretaría de la Ciudad de Chicago Susana Mendoza criticó al candidato a Alcalde Rahm Emanuel por “fusilarle” la idea de convertir la parte trasera de las calcomanías para los coches en anuncios, vendiéndoselos a compañías privadas que se anunciarían ahí y nos obligarían a mirar su anuncia dentro de nuestros propios autos durante un año.
“Cobrándoles $12 dólares por año”, dice Susana, “por cada una de las 1.25 millones de calcomanías que vendemos, podríamos reunir hasta $15 millones de dólares. Con mi plan, dedicaríamos los fondos a contratar 100 nuevos oficiales de policía”. Por lo menos, aclara Susana, esto reduciría el impuesto que son las calcomanías.
Le pegunté para qué, considerando que el promedio de crímenes en la Ciudad bajó un 3.4 por ciento el año pasado, pero no me contestó. Supongo que la campaña electoral la trae muy atareada.
Y esto viene a colación porque este jueves se le dictó sentencia a Jon Graham Burge, exComandante de Detectives de la Policía de Chicago, famoso por haber torturado a más de 200 sospechosos de crímenes entre 1972 y 1991 para obligarlos a confesar delitos no cometidos. Veterano de Vietnam, Bronze Star, Purple Heart, Army Commendation Medal y Cruz Vietnamita de la Galantería, Burge no se portó muy galante como policía.
Sucede que desde que el hoy también convicto exGobernador George Ryan, le perdonó la vida a varias de las víctimas de Burge, condenadas a muerte, las demandas no se hicieron esperar. Madison Hobley, Aaron Patterson, LeRoy Orange y Stanley Howard le costaron a Chicago $19.8 millones de dólares de indemnización. Una primera investigación sobre los alegatos de tortura costó $6.2 millones de dólares, más $7 millones del abogado defensor de Burge. Una segunda investigación se llevó 4 años y costó otros $17 millones de dólares.
A Burge, cuyas víctimas favoritas eran latinos y afroamericanos, lo terminaron cachando no por sus crímenes sino por haberle mentido al jurado. Y hasta que lo condenaron, cobró su pensión de policía, de alrededor de $30 mil dólares al año, desde 1993 hasta 2010, un medio millón de dólares más.
En total, unos 50 millones de dólares.
Cada año, el Ayuntamiento de Chicago gasta millones de dólares en indemnizaciones a las víctimas de violencia y brutalidad policiaca, y no son “unas cuantas manzanas podridas”, como diría Daley. Es un sistema corrupto y violento.
Si Susana gana y nos obliga a ver un anuncio durante un año, ni modo, pero ahorraría mucho más obligando a los policías que cometen crímenes a pagar por ellos en vez de cobrarle las indemnizaciones a sus víctimas, vía impuestos, a los residentes de Chicago.

2 comentarios:

  1. Es una pena que los "funcionarios públicos" no sean tan buenos en las matemáticas como tu Jorge. Otro gallo nos cantaría.

    ResponderEliminar
  2. Alguno que otro que realmente sea "funcionario publico puede que si, pero de los politicos ni uno!!
    Saludos!

    ResponderEliminar