México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
It was born over 100 years ago, as a document to certify that a Mexican lived somewhere else instead of living in México. For over a century it wasn’t good for anything else and now, at least in North Carolina, it might also become a worthless document.
The Mexican Matrícula Consular had a short Golden era alter the infamously famous September 11th 2001. It became the favorite item of thousands, hundreds of thousands of Mexicans who did not have any paper to show they were Mexicans they were Juan Pérez and not Osama Bin Laden. Today, some four or five million Mexicans have a Matrícula.
Until about 2004, the document was issued in “good faith”, based on a picture less birth certificate, a baptism certificate or a “neighborhood acquaintance” letter, commonly issued by a Presidente Municipal to any resident of the neighboring ranchos. Its best use was as a companion document to the ITIN, Individual Tax Payer Identification number, issued by the U.S. Treasury to undocumented immigrants to ease their paying taxes.
Then thing got complicated. People like Lou Dobbs and other anti immigrants started attacking the Matrícula as a document which “legalized Mexicans in the United States” and “easy to forge”, and the Mexican government reacted promoting it and meeting with bankers and government officials, and finally issuing the “High Security Consular Matrícula”, with 13 security measures, from holograms to magnetic bar codes. So secure that it was highly praised by the U.S. Secretary of State.
On the Mexican side, the Matrícula was almost worthless, not recognized by anyone until November of 2004, when it was formally stated in Article 3 of the Nationality Act that it is “a document which proves Mexican nationally.”
In general, all Matrículas (Mexican, American, Guatemalan and all others,) are recognized by the Vienna Convention of Consular Relations.
“Not Worth The Paper They Are Printed On…
Not withstanding all the above, Republican representative Mike Hager, Rutherford, North Carolina, is pushing for a law disallowing the Matrícula and “all consular or embassy documents” in the state, to “certify identity or residence.” Hager says his law in “very simple” and it targets “IDs who are known to be distributed among illegals.”
“The Matrícula Consular”, according to his colleague George Cleveland, is “Not worth the paper or plastic is printed on”, and it is a document “developed by the Mexican government to “legalize its citizens who live north of the border.”
An immediate effect, if this law is approved, would be that some parents could not pick up their kids at school, according to local rules who make mandatory to present IDs to do so. Hager says that “teachers should not be allowed to release a kid to someone they may or may not know but is has a potentially forged document.”
Some Democrats tried to defend the Matrícula, like Diane Parfitt, Cumberland, skating the she google-searched “Fake Matrícula Consular” and got 13 thousand result, but that she also google-searched “Fake N.C. IDs,” and got over 700 thousand results. That is not surprising, since everyone knows that most documents in the U.S. are owned and used by underage students to buy alcohol and get access to discos and party like crazy.
The law, obviously, will not solve any problem and it seems to me that it violates international agreements about official documents. Trying to attack the Mexican Matrícula, it disallows even passports. I wonder what a German tourist will think when he tries to rent a car in North Carolina and he is told his passport is not good in the whole state.
On the other hand, Hager and his cronies have some reason. The real reality is that Matrículas are not real IDs, but only “proof.” or a “receipt” issued to a person who registered in his/her consulate as a national residing abroad. To recognize and use them as IDs is optional, just like a driving document, a driver license, is recognized to cash checks at a local bank.
But Hager should not worry. The worst enemy of the Matrícula is the Mexican Ministry of Foreign Affairs. Despite the fact that they turned consulates into supermarkets for documents, their efforts to serve first the interests of paranoid individuals like Hager and Cleveland has made impossible for most Mexicans in the U.S. to obtain a Matrícula. They have to present “proof of nationality”, “proof of identity” and “proof of residency;” in the case of minor, even “proof of vaccination”, plus permits from parents and legal guardians, and just in case, is always good to present the green copy of the yellow paper.
It seems to me Foreign Affairs should sue North Carolina if they approve their law, and then issue Matrículas to all, including Salvadorans and what not, just for the sake of it…
jueves, 28 de abril de 2011
miércoles, 27 de abril de 2011
Adiós Matrícula!
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
Comenzó hace más de 100 años, como un documento para certificar que un mexicano vivía en otro lado en vez de vivir en México. Durante más de un siglo no sirvió para nada más. Y ahora, al menos en Carolina del Norte, parece que tampoco servirá para nada más.
La Matrícula Consular mexicana tuvo una época de oro después del famoso 11 de septiembre de 2001. Se convirtió en el recurso favorito de miles primero, cientos de miles después, y a la fecha la tienen unos cuatro o cinco millones de paisanos que no tenían otros documentos ni para probar que se llamaban Juan Pérez o que eran mexicanos.
Hasta por ahí del 2004 se daba casi casi de buena fe, basada en un acta de nacimiento o Fé de Bautizo, o en una “carta de conocimiento”, papelito que los presidentes municipales le pueden dar a cualquier compa del rancho de al lado. Su mejor uso fue para abrir cuentas de banco, acompañada del ITIN, número fiscal que los gringos le dan a los inmigrantes indocumentados con tal que paguen impuestos.
Luego la cosa se comenzó a complicar. Gringos como Lou Dobbs y otros anti inmigrantes comenzaron a atacar la Matrícula como un documento que “legalizaba a los mexicanos en Estados Unidos” y que se falsificaba fácilmente, y el gobierno mexicano se puso las pilas. La promovió, habló con bancos y funcionarios y finalmente sacó la Matrícula de Alta Seguridad, con 13 candados de seguridad y alabada por la Secretaría de Estado de Estados Unidos.
Del lado mexicano le iba peor a la Matrícula. Ni quien la pelara hasta noviembre de 2004, que fue formalmente incorporada al Artículo 3 de la Ley de Nacionalidad, como “documento probatorio de la nacionalidad”.
En general, las Matrículas (mexicanas, gringas, guatemaltecas y de donde sean), están reconocidas y avaladas por la Convención de Viena Sobre Relaciones Consulares.
“No Vale Ni El Papel En Que Se Imprime…”
Todo lo anterior le vale sombrilla al Republicano Mike Hager, de Rutherford, Carolina del Norte, impulsor de una ley que desconoce la Matrícula y “todo documento consular o de una embajada” en el estado, para “verificar identidad o residencia”. Según él, su ley es “muy simple”, y dedicada a atacar las identificaciones que son “conocidas por ser distribuidas a ilegales”.
“La Matrícula Consular”, dice su colega George Cleveland, “No vale ni el papel o plástico en que se imprime”, y es solamente un documento “desarrollado por el gobierno mexicano” para “legalizar a sus ciudadanos que viven al norte de la frontera”.
Un efecto inmediato, si la ley se aprueba, es que los padres no podrán recoger a sus hijos en las escuelas, por disposiciones locales que obligan a presentar una identificación al recoger a un chavo. Hager dice que “no debemos permitirle a los maestros dejar ir a un niño con alguien que pueden conocer o no y que tiene un documento potencialmente falso”.
Algunos Demócratas defendieron la Matrícula, como Diane Parfitt, de Cumberland, quien dijo que hizo una búsqueda en Internet de “Matrícula Consular Falsa” y obtuvo 13 mil resultados, pero cuando buscó “Identificaciones falsas de Carolina del Norte” obtuvo más de 700 mil resultados. Es obvio, porque es sabido y conocido que en todo Estados Unidos la mayor parte de documentos falsos son los que usan los estudiantes menores de edad para comprar alcohol o para entrar a las discotecas.
La ley, también obviamente, no resolverá mucho, y a mí me parece que incluso viola los acuerdos internacionales sobre documentos de identificación. Por irse contra la Matrícula mexicana, desconoce hasta los pasaportes. Me pregunto qué dirá un turista alemán cuando quiera rentar un coche en Carolina y le desconozcan su pasaporte.
Por otra parte, Hager y sus colegas tienen algo de razón. La mera verdad es que las Matrículas no son una “identificación”, sino solamente la “prueba” o “recibo” que se le expide a una persona para hacer constar que está registrado en las lista de su consulado como nacional que reside en el extranjero. Reconocerlas como identificación es opcional, igual que se reconoce una licencia de manejo para cambiar cheques en el banco.
Pero la verdad ni debían preocuparse. El peor enemigo de la Matrícula es la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. Pese a que han convertido los Consulados en supermercados de documentos, su afán de servirle a los paranoicos gringos como Hager y Cleveland le impide a la mayoría de los mexicanos sin papeles sacar una Matrícula. Hay que presentar prueba de nacionalidad, prueba de identidad y prueba de residencia, en caso de menores de edad, permisos hasta del padrino y hasta las vacunas, y nunca sobra llevar la copia verde del papelito azul, por si las dudas.
Pa’ mí que Relaciones Exteriores debía demandar a Carolina del Norte si aprueba su ley, y debía darle matrícula hasta a los salvadoreños, nomás por joder…
miércoles, 20 de abril de 2011
3 X 1 For Deportees
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
I had the chance last week, as a member of the Advisory Council of the institute of Mexicans Abroad, to visit that strange country between México and México del Norte, also known as “La Línea”, the “border.” It is not wider than some 200 miles, and it is divided by two by an artificial line, a wall and a river.
The border crossing known as Puerta México (México’s Gate) in Tijuana, according to the Commissioner of the National Migration Institute, INAMI, is the exit gate for one out of every three Mexicans deported by the U.S government, some 100 thousand just last year.
They are “welcomed” by the good guys of the Mexican version of La Migra (the bad guys are usually in the southern border and their function is to harass Central American immigrants,) part of a program called “Human Repatriation.” They are given a list of shelters who also provides them with free bedding and meals, they are offered between 50 and one hundred percent of bus or airplane fare to go back to their states of origin, and they are issued a “Deportation Certificate” printed in regular Bond paper that breaks after folding four times to pocket it.
Unfortunately, the “certificate” is useless to board either a plane or passenger bus because it is not a legal “identification”, since it is issued “in good faith”, without real proof of identity and not based on other identification documents, since deportees normally don’t have time to pick up their passport or Matrícula Consular once La Migra arrests them in the U.S.
Obviously, their lack of papers does not allow them to obtain an electoral card, the most useful Mexican ID, because they would have to show not only other ID’s but also proof of residency and so on.
A “Minor” Problem
We had the chance to give a hand to a group of deportees waiting for help under the shadows of the only tree at the gates of the Mexican Migra offices, by giving them a simple piece of information. We never saw a sign offering them that information, and the INAMI commissioner did not tell us when we asked, but a simple line workers told us that the DIF (Comprehensive Family Development office, similar to the U.S.’s DCFS), could provide them with a real ID plus the equivalent of a Social Security card, which would enable them to board planes and passenger buses.
What the Mexican authorities did tell us was that their “minor” problem is the big one, meaning the unaccompanied minors deported by the U.S., over 47 thousand last year. The number started growing after President Bill Clinton started Operation Gatekeeper, breaking the “normal” immigration cycle of millions of people going back and forth each year between México and the United States, thus separating families for many years.
The numbers are bad. Some 65 per cent of these children were caught while traveling to reunite with their parents in the U.S. Among those older than 14 years old, about 55 per cent finished junior high school, and 16 per cent finished baccalaureates. About 85 per cent of them were born in Michoacán, Jalisco, Guerrero and Oaxaca.
According to the information we received in La Puerta México, between direct help (half or full fares, shelter and food) and indirect help (administrative cost including the ink for the almost useless “deportation certificate,) México would need between 180 and 220 dollars per deportee. In round numbers, some 22 million dollars, a budget no agency dealing with them have. They simply can’t help everyone and they can’t pay full fares for everyone.
And then the authorities dropped a bomb on us. The Mexican Migra Commissioner suggested starting a 3x1 program for deportees. The 3X1 are programs where migrants put one dollar, then matched by the federal, State and County governments for productive enterprises in México to create and develop local communities. They want our help with their expenses, at the rate of at least 5 million dollars a year.
But 22 million dollars is what Mexico donated to Jamaica after the earthquake; is what the Mexican government returned to Nextel last year because of “wrongful charges” to operate the cellular phone towers; is what the Mexican police “invested” buying Skystar 300 surveillance equipment from the Aeronautics Defense Systems from Yayeh, Israel and dedicated to the war on drugs.
I think there is money available and we do not need a 3X1 for deportees. What we need is not to help Mexicans when they are deported, but way before they have to leave their communities to emigrate to the United States.
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
I had the chance last week, as a member of the Advisory Council of the institute of Mexicans Abroad, to visit that strange country between México and México del Norte, also known as “La Línea”, the “border.” It is not wider than some 200 miles, and it is divided by two by an artificial line, a wall and a river.
The border crossing known as Puerta México (México’s Gate) in Tijuana, according to the Commissioner of the National Migration Institute, INAMI, is the exit gate for one out of every three Mexicans deported by the U.S government, some 100 thousand just last year.
They are “welcomed” by the good guys of the Mexican version of La Migra (the bad guys are usually in the southern border and their function is to harass Central American immigrants,) part of a program called “Human Repatriation.” They are given a list of shelters who also provides them with free bedding and meals, they are offered between 50 and one hundred percent of bus or airplane fare to go back to their states of origin, and they are issued a “Deportation Certificate” printed in regular Bond paper that breaks after folding four times to pocket it.
Unfortunately, the “certificate” is useless to board either a plane or passenger bus because it is not a legal “identification”, since it is issued “in good faith”, without real proof of identity and not based on other identification documents, since deportees normally don’t have time to pick up their passport or Matrícula Consular once La Migra arrests them in the U.S.
Obviously, their lack of papers does not allow them to obtain an electoral card, the most useful Mexican ID, because they would have to show not only other ID’s but also proof of residency and so on.
A “Minor” Problem
We had the chance to give a hand to a group of deportees waiting for help under the shadows of the only tree at the gates of the Mexican Migra offices, by giving them a simple piece of information. We never saw a sign offering them that information, and the INAMI commissioner did not tell us when we asked, but a simple line workers told us that the DIF (Comprehensive Family Development office, similar to the U.S.’s DCFS), could provide them with a real ID plus the equivalent of a Social Security card, which would enable them to board planes and passenger buses.
What the Mexican authorities did tell us was that their “minor” problem is the big one, meaning the unaccompanied minors deported by the U.S., over 47 thousand last year. The number started growing after President Bill Clinton started Operation Gatekeeper, breaking the “normal” immigration cycle of millions of people going back and forth each year between México and the United States, thus separating families for many years.
The numbers are bad. Some 65 per cent of these children were caught while traveling to reunite with their parents in the U.S. Among those older than 14 years old, about 55 per cent finished junior high school, and 16 per cent finished baccalaureates. About 85 per cent of them were born in Michoacán, Jalisco, Guerrero and Oaxaca.
According to the information we received in La Puerta México, between direct help (half or full fares, shelter and food) and indirect help (administrative cost including the ink for the almost useless “deportation certificate,) México would need between 180 and 220 dollars per deportee. In round numbers, some 22 million dollars, a budget no agency dealing with them have. They simply can’t help everyone and they can’t pay full fares for everyone.
And then the authorities dropped a bomb on us. The Mexican Migra Commissioner suggested starting a 3x1 program for deportees. The 3X1 are programs where migrants put one dollar, then matched by the federal, State and County governments for productive enterprises in México to create and develop local communities. They want our help with their expenses, at the rate of at least 5 million dollars a year.
But 22 million dollars is what Mexico donated to Jamaica after the earthquake; is what the Mexican government returned to Nextel last year because of “wrongful charges” to operate the cellular phone towers; is what the Mexican police “invested” buying Skystar 300 surveillance equipment from the Aeronautics Defense Systems from Yayeh, Israel and dedicated to the war on drugs.
I think there is money available and we do not need a 3X1 for deportees. What we need is not to help Mexicans when they are deported, but way before they have to leave their communities to emigrate to the United States.
Deportados Tres Por Uno
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
Me tocó esta semana, como miembro del Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, visitar ese país entre México y México del Norte, comúnmente conocido como “La Línea”. Mide unas doscientas millas de ancho, le llaman también la Faja Fronteriza, y lo parten a la mitad una raya, un río y una barda.
Por la garita conocida como Puerta México en Tijuana, según nos dijo el Comisionado del Instituto Nacional de Inmigración, INAMI, regresan al país uno de cada tres deportados mexicanos, unos 100 mil el año pasado.
Ahí los recibe la parte buena de La Migra mexicana, con un programa llamado “Repatriación Humana”, les da una lista de albergues a los que acudir para no morirse de hambre y dormir en una cama, les ofrece entre el 50 y el 100 por ciento de un pasaje aéreo o terrestre a su rancho de origen, y de pilón les extiende un “Certificado de Deportación” con foto y todo, impreso en papel bond y que parece medio deslavarse después de doblarlo en cuatro para echárselo a la bolsa.
Y ahí comienza la bronca. El tal “certificado” no sirve para abordar un avión o camión, porque no es una “identificación legal”. Sobra decir que la absolutísima mayoría de los deportados no trae ni un solo papel ni credencial que acredite su identidad. Si de por si papeles gringos no tenían, en la ruta de la casa a la fábrica, de ahí a La Migra y de ahí a la frontera no hay chance de hacer escalas para recoger la Matrícula o el pasaporte que uno tiene la mala costumbre de no andar cargando todos los días.
Sobra también decir que sin alguna identificación (no “certificado de deportado”), pues tampoco puede uno ir al módulo del IFE a sacarse una credencial, porque tendría que presentar acta de nacimiento y comprobantes de residencia y así por el estilo.
Un Problema Menor
Afortunadamente le pudimos resolver la bronca a unos cuates que esperaban ayuda de la Divina Providencia a la sombrita de un único y ñango arbolito del otro lado de la reja, dándoles una información elemental. Nunca vimos un letrero que lo dijera, y el Comisionado no lo mencionó cuando le preguntamos, pero un chambeador de ventanilla nos contó dentro de la garita que el DIF sí da credenciales y hasta le saca a uno el CURP, (cédula cuarta) y con eso ya se pueden abordar aviones y camiones.
Lo que los funcionarios si dijeron es que su mayor problema son los menores, es decir, menores de edad que viajan solos. El año pasado, más de 47 mil fueron deportados. Las cifras aumentaron en coincidencia con el principio de la infame Operación Guardián de Bill Clinton, que impidió el ciclo anual de ida y vuelta, y separó a las familias migrantes mexicanas.
Y sus datos estadísticos son apabullantes. Un 65 por ciento viajaban para reunirse con sus familias, y el otro 35 por ciento nomás pa’ encontrar chamba. Entre los mayores de 14 años, un 55 por ciento terminó secundaria, y un 16 por ciento terminó prepa. De ellos, un 85 por ciento vienen del interior, de Michoacán, Jalisco, Guerrero y Oaxaca.
La cuenta que nos echaron en la Puerta México es que entre la ayuda directa para cada migrante, como los medios pasajes o boletos completos, o indirecta en gastos administrativos incluida la tinta de la impresora para se “cerificado de deportado”, costaría entre 2 mil y 2 mil 500 varos, de 180 a 220 dólares, ayudarle a todos. Echando una multiplicación básica, sale como en 250 millones de pesos mexicanos, unos 22 millones de dólares, dinero que ninguna de las dependencias involucradas tiene en su presupuesto de ayuda. Por eso no le ayudan a todos y por eso a unos solo les toca medio pasaje.
Y ahí soltaron la bomba. El Comisionado de la Migra mexicana nos propuso que pensemos en crear un tres por uno para deportados. Que nos pongamos para ayudarlos con los gastos. Nos tocarían unos 5 millones de dólares.
Pero 22 millones de dólares es lo mismo que donó México a Jamaica después del terremoto. Es lo que el gobierno de México devolvió a Nextel el año pasado después de cobrárselos “por error”. Es lo que pagó México a la compañía Aeronautics Defense Systems de Yayeh, Israel por aerostatos Skystar 300 para su “guerra contra el narco”.
Yo digo que lana si hay y no necesitamos el tres por uno para deportados. Necesitamos interés del gobierno, no para ayudar a los paisanos al regreso, sino antes de que se vayan, para que no necesiten irse...
Comidas Ciudadanas
((Exclusivo para La Raza))
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
¿Qué tendrá un hot-dog que no tenga un tamal? La respuesta parece ser “ciudadanía”.
Cuenta una leyenda que hacia 1870, en Coney Island, un inmigrante alemán de nombre Charles Feltman empezó a poner salchichas en medio de un pan para venderlas. Otra leyenda dice que fue la esposa de un inmigrante alemán con el complicadísimo nombre de Antonoine Feuchtwanger, quien los vendía así en San Louis, Missouri para que los clientes no se llevaran los guantes que les prestaban para que no se quemaran las manos.
Otro inmigrante, Anton Ludwig Feuchtwanger, los sirvió en la Feria Mundial de Chicago de 1893, y en ese mismo año otro inmigrante alemán, Chris von der Ahe, dueño del equipo de béisbol San Louis Browns los comenzó a vender en un parque de béisbol. Como todo en esta tierra, eso dio la idea de que el hot-dog es estadounidense de nacimiento.
Y eso creen a pie juntillas algunos policías de la calle 26, en La Villita, que confundiendo la comida con la gente, piensan que los tamales son inmigrantes y no tienen derechos, y les ha dado por arrestar vendedores de tamales y elotes. Uno de ellos, sin nada mejor que hacer, ha puesto hasta 17 multas en un día.
Se basan en el Código Sanitario de Chicago, que demanda permisos para vender comida, y que ésta no sea “manipulada” por el vendedor. Las multas van de 200 a 500 dólares por “manipular” la comida, a juicio del polizonte y del fiscal que acuse al vendedor. Esta semana hubo incluso el arresto de una vendedora muy conocida en la Calle 26, y a su rescate acudieron unos 60 colegas vendedores ambulantes de la 26, miembros de la AVA, Asociación de Vendedores Ambulantes.
Según mi hermano Martín Unzueta, organizador de la AVA, el “ciudadano” hot-dog no está penalizado porque se vende en parques deportivos, con licencias por vendedor que cuestan 500 dólares. La única propuesta de ley para “amnistiar” al inmigrante tamal pretende obligar al vendedor a tener un carrito que cuesta como 3000dólares.
En el fondo, aquí hay un problema de extorsión policial de una población que quiere sobrevivir, y de falta de atención a un grupo que, por no generar muchos impuestos, no atrae el interés de los políticos que debían darle la ciudadanía a los tamales y punto.
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
¿Qué tendrá un hot-dog que no tenga un tamal? La respuesta parece ser “ciudadanía”.
Cuenta una leyenda que hacia 1870, en Coney Island, un inmigrante alemán de nombre Charles Feltman empezó a poner salchichas en medio de un pan para venderlas. Otra leyenda dice que fue la esposa de un inmigrante alemán con el complicadísimo nombre de Antonoine Feuchtwanger, quien los vendía así en San Louis, Missouri para que los clientes no se llevaran los guantes que les prestaban para que no se quemaran las manos.
Otro inmigrante, Anton Ludwig Feuchtwanger, los sirvió en la Feria Mundial de Chicago de 1893, y en ese mismo año otro inmigrante alemán, Chris von der Ahe, dueño del equipo de béisbol San Louis Browns los comenzó a vender en un parque de béisbol. Como todo en esta tierra, eso dio la idea de que el hot-dog es estadounidense de nacimiento.
Y eso creen a pie juntillas algunos policías de la calle 26, en La Villita, que confundiendo la comida con la gente, piensan que los tamales son inmigrantes y no tienen derechos, y les ha dado por arrestar vendedores de tamales y elotes. Uno de ellos, sin nada mejor que hacer, ha puesto hasta 17 multas en un día.
Se basan en el Código Sanitario de Chicago, que demanda permisos para vender comida, y que ésta no sea “manipulada” por el vendedor. Las multas van de 200 a 500 dólares por “manipular” la comida, a juicio del polizonte y del fiscal que acuse al vendedor. Esta semana hubo incluso el arresto de una vendedora muy conocida en la Calle 26, y a su rescate acudieron unos 60 colegas vendedores ambulantes de la 26, miembros de la AVA, Asociación de Vendedores Ambulantes.
Según mi hermano Martín Unzueta, organizador de la AVA, el “ciudadano” hot-dog no está penalizado porque se vende en parques deportivos, con licencias por vendedor que cuestan 500 dólares. La única propuesta de ley para “amnistiar” al inmigrante tamal pretende obligar al vendedor a tener un carrito que cuesta como 3000dólares.
En el fondo, aquí hay un problema de extorsión policial de una población que quiere sobrevivir, y de falta de atención a un grupo que, por no generar muchos impuestos, no atrae el interés de los políticos que debían darle la ciudadanía a los tamales y punto.
martes, 19 de abril de 2011
“Like Pigs”
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
English is such a complicated language. Among its many unexplainable things there are a bunch of words to describe pigs. Boar, cob roller, hog, piggy, piglet, porker, porky, shoat, sow, swine, whether is plural or singular, wild or domesticated, male of female, more or less a pig is a pig.
And calling someone a pig, with any of the dozen words describing the animal, is an insult. Every time a pig comes to the conversation and every time someone is compared to a pig, the person is being insulted. “Eat like a pig”, “Snore like a pig”, “sweat like a pig”, “Smell like a pig” are not nice things to say to anyone.
Even “nice” and non-insulting phrases related to pigs are insults. From “Happy like a pig in mud”, to “Out of place like a pig in Teheran” are bad references. The famous “Mexican Swine Flu” outbreak a couple years ago was renamed “H1N1” to avoid insulting a whole country.
The other way around, references to pigs became very popular in the United States, starting with the feminist movement in the 1960’s, against police officers and “macho” types. George Harrison brought it to international fame in a song in The Beatles White Album, and Abbie Hoffman campaigned for “Pigasus”, an actual pig, for Presidential Candidate of the International Youth Party, the “yippies”. Both Abbie and Pigasus ended up in jail after “insulting” the presidential figure.
Interestingly enough, a sports team at the Arkansas University, the Razorbacks, have the only pig mascot in the whole country.
Like Animals
Maybe Republican state legislator Virgil Peck, from Kansas, enjoys some kind of familiarity or closeness with pigs, or maybe he admires the Razorbacks’ mascot, or he might have being raised by police officers and he is unaware of the insulting side of the term.
A couple weeks ago Virgil Peck made a comment, during a legislative hearing were culling the roaming wild boar population was being discussed via shooting them from a helicopter, stating that “If this works with these immigrants, maybe we just found a solution to illegal immigration”.
Reactions were immediate. In an open letter to the Republican majority legislators of the State, DeeDee García Blase, founder and President of Somos Republicans, a Republican group created to try to convince Latinos that Republicans are not that bad, stated that nobody should forget how Hitler started dehumanizing Jews by calling them “rats”, so Germans were supportive when their deportations started. “If Mister Peck wants to favor the deportation of undocumented immigrants he should state so, but calling for them to be shot from a helicopter and to kill them like animals is to look at them exactly like animals. It is the worst kind of hate we can conceive.” “They can call them ‘illegals’ or ‘undocumented’, but the have a common relationship to us all: they are human beings.”
The Republican Party spokesperson, Mike O’Neal, and the State’s Republican speaker Arlen Siegfried, responded immediately. “We agree the comment was impropriated. We met with Peck and received a sincere apology. He accepted his mistake, apologized in public and committed to be more careful with his comments in the future.” For the sake of it, they added that “civility and decor are important in the State’s Assembly, and everybody is advised to be careful in their legislative speeches. Representative Peck is a valuable member of this legislative body and accepts his responsibility. We hope he does not make any more mistakes in his judgment in the future.”
But a reference to armed violence against anyone is not a “civility” and “décor” problem. A couple months ago a crazed US citizen killed several people and wounded federal congresswoman Gabby Gifford alter Sarah Palin published a political map of “targets”, and less than a month alter that former Minuteman Shawna Forde was sentenced to death for the cold blood killing of nine year-old Brisenia Flores in Arizona.
The current political situation and the immigration debate are not adequate for “jokes” or “speech mistakes.” A politician who proposes shooting immigrants like pigs is just a pig perpetrating a hate crime, and should be hold legally responsible for it.
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
English is such a complicated language. Among its many unexplainable things there are a bunch of words to describe pigs. Boar, cob roller, hog, piggy, piglet, porker, porky, shoat, sow, swine, whether is plural or singular, wild or domesticated, male of female, more or less a pig is a pig.
And calling someone a pig, with any of the dozen words describing the animal, is an insult. Every time a pig comes to the conversation and every time someone is compared to a pig, the person is being insulted. “Eat like a pig”, “Snore like a pig”, “sweat like a pig”, “Smell like a pig” are not nice things to say to anyone.
Even “nice” and non-insulting phrases related to pigs are insults. From “Happy like a pig in mud”, to “Out of place like a pig in Teheran” are bad references. The famous “Mexican Swine Flu” outbreak a couple years ago was renamed “H1N1” to avoid insulting a whole country.
The other way around, references to pigs became very popular in the United States, starting with the feminist movement in the 1960’s, against police officers and “macho” types. George Harrison brought it to international fame in a song in The Beatles White Album, and Abbie Hoffman campaigned for “Pigasus”, an actual pig, for Presidential Candidate of the International Youth Party, the “yippies”. Both Abbie and Pigasus ended up in jail after “insulting” the presidential figure.
Interestingly enough, a sports team at the Arkansas University, the Razorbacks, have the only pig mascot in the whole country.
Like Animals
Maybe Republican state legislator Virgil Peck, from Kansas, enjoys some kind of familiarity or closeness with pigs, or maybe he admires the Razorbacks’ mascot, or he might have being raised by police officers and he is unaware of the insulting side of the term.
A couple weeks ago Virgil Peck made a comment, during a legislative hearing were culling the roaming wild boar population was being discussed via shooting them from a helicopter, stating that “If this works with these immigrants, maybe we just found a solution to illegal immigration”.
Reactions were immediate. In an open letter to the Republican majority legislators of the State, DeeDee García Blase, founder and President of Somos Republicans, a Republican group created to try to convince Latinos that Republicans are not that bad, stated that nobody should forget how Hitler started dehumanizing Jews by calling them “rats”, so Germans were supportive when their deportations started. “If Mister Peck wants to favor the deportation of undocumented immigrants he should state so, but calling for them to be shot from a helicopter and to kill them like animals is to look at them exactly like animals. It is the worst kind of hate we can conceive.” “They can call them ‘illegals’ or ‘undocumented’, but the have a common relationship to us all: they are human beings.”
The Republican Party spokesperson, Mike O’Neal, and the State’s Republican speaker Arlen Siegfried, responded immediately. “We agree the comment was impropriated. We met with Peck and received a sincere apology. He accepted his mistake, apologized in public and committed to be more careful with his comments in the future.” For the sake of it, they added that “civility and decor are important in the State’s Assembly, and everybody is advised to be careful in their legislative speeches. Representative Peck is a valuable member of this legislative body and accepts his responsibility. We hope he does not make any more mistakes in his judgment in the future.”
But a reference to armed violence against anyone is not a “civility” and “décor” problem. A couple months ago a crazed US citizen killed several people and wounded federal congresswoman Gabby Gifford alter Sarah Palin published a political map of “targets”, and less than a month alter that former Minuteman Shawna Forde was sentenced to death for the cold blood killing of nine year-old Brisenia Flores in Arizona.
The current political situation and the immigration debate are not adequate for “jokes” or “speech mistakes.” A politician who proposes shooting immigrants like pigs is just a pig perpetrating a hate crime, and should be hold legally responsible for it.
jueves, 14 de abril de 2011
Triunfos y Fracasos
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
Paso uno: alguien inventa que los inmigrantes indocumentados son las personas más peligrosas del planeta. Paso dos: Alguien inventa una ley para “deshacerse” de ellos hostigándolos hasta que se aburran. Paso tres: La Corte dice que es una idea estúpida. Paso cuatro: La ley repite la estupidez de la idea.
Esa es la historia de la famosa SB 1070 de Arizona, y el cuarto paso es la decisión del 9º Circuito de la Corte de Apelaciones de no permitir que se ponga en práctica la idea de convertir en criminal a los inmigrantes sin papeles que buscan chamba en el estado, pese a que dos de los tres jueces que la rebotaron fueron designados por administraciones republicanas.
En la resolución el Juez Richard Páez establece que “No nos convence que Arizona tenga la autoridad de cambiar a las autoridades locales y estatales en agentes federales para decimar una población por cansancio”. La SB 1070 establece claramente que pretende desanimar la entrada y estancia legal de los inmigrantes sin papeles en Arizona. Páez agrega que “La Ley ha creado problemas internacionales y me preocupa que los 50 estados vayan a crear 50 políticas de inmigración”. Su colega John Noonan agrega que “La ley de Arizona se convirtió en un símbolo”, “y para quienes no simpatizan con los inmigrantes en Estados Unidos es un desafío y un avance de lo que puedan querer hacer otros estados. Pero nosotros no evaluamos símbolos, sino su constitucionalidad”.
La gobernadora Jan Brewer y el Fiscal del Estado, Tom Horne, creen que algún día alguien declarará constitucional su mamotreto. El Presidente del Senado de Arizona, Russell Pearce, dice que los jueces son liberales y apoyan a quienes violan las leyes en vez de a quienes las hacen.
Paso cinco: Estos tres tarados que todavía apoyan la SB 1070 pueden irse a la Suprema Corte. Paso seis: Si la Suprema Corte la aprueba, un montón de estados aprobarán leyes similares y triunfarán los anti-inmigrantes. Si se rechaza, las propuestas, unas 30, no irán a ningún lado y el fracaso marcará a los enemigos de los inmigrantes para las elecciones del 2012.
Leyes Y Lana
Pero la SB 1070 tiene también una anti-historia, un antecedente y origen más obscuro.
Esta semana Kris Kobach, autor directo de la propuesta iba a recibir 10 mil dólares como honorarios por una conferencia titulada “Leyes Estatales para Desanimar la Inmigración Ilegal: Su impacto Económico y de Seguridad”, en la Universidad de Kansas.
Pero se le peló. La Comisión de Ética Gubernamental del estado decidió que no podía cobrar porque sucede que Kobach es Secretario de Estado de Kansas y no puede andar cobrando por hablar en el estado. Si Kobach se echa su discurso, tendrá que ser gratuitamente.
Pero sus recibos legales están lejos de ser baratos, y más lejos todavía de ser limpios. Como jefe Republicano en Kansas, según afirma la Comisión Federal Electoral, Kobach recibió “$52,000 en contribuciones ilegales de negocios, y no declaró gastos por otros $104,000 dólares”. De remate, “los Republicanos fallaron en pagar sus impuestos estatales y federales”.
Kobach es asesor legal de FAIR, la Federación Americana por la Reforma Migratoria, grupo nacionalista anti-inmigrante con amplias conexiones racistas. Le encanta decir que los “ilegales” le cuestan mucho a los estados, pero como asesor también de cuatro ciudades que aprobaron legislaciones anti-inmigrantes, Kobach se ha levantado 6.6 millones de dólares a costa de los contribuyentes. En el Condado de Maricopa, sede del infame cherife Joe Arpaio, Kobach está contratado como asesor a 300 dólares por hora.
En Farmers Branch, Texas, Kobach “asesoró” una ley anti-inmigrante, que llevó a la ex regidora Carol Dingman a declarar que “Nuestro alcalde lo presentó como experto en inmigración que le podía ayudar a la ciudad gratuitamente, pero llevamos 4 millones de dólares gastados en defender legalmente su propuesta, y el señor Kobach recibió 100 mil dólares de ese dinero. Esta pelea cambió el ambiente de nuestra ciudad y este tema la ha destruido. Arruinó nuestra reputación”.
No es el único ejemplo. De hecho, en toda su historia de “asesor”, a Kobach le han rebotado todas sus propuestas por anti-constitucionales. Tanto han bajado sus puntos que el Estado de Nebraska lo rechazó como “asesor” y rechazó una propuesta suya presentada a la legislatura por el senado estatal Janssen, y el año pasado el ayuntamiento de Albertville, Alabama, rechazó también contratarlo como asesor.
Pero como dijo la ex regidora Dingman, “Kobach y FAIR están experimentando con nuestras ciudades para probar sus leyes y ver si alguna se declara constitucional”.
Ahí está el fondo de la SB1070 y sus copias en 30 estados. No es sólo cosa de lana. Si triunfan en un lugar, triunfarán en todos, cueste lo que cueste.
jueves, 7 de abril de 2011
Adopted or Deported
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
The new deportations goal of the Barack Obama regime for this year is 500 thousand. Half-million deportations to be completed by October 31st. It would be a new World record, above last years’ 395 thousand, averaging some one-thousand 370 people a day. That is not an easy feat, because remembering another number, immigration judges have being rejecting one out of every three petitions of deportations by ICE, La Migra. That raises the stakes. If La Migra wants to deport half a million, it need to detain and start deportation proceeding to about 670 thousand people, some one thousand 835 a day.
Maybe that’s why they are taking actions like the deportation of 4-year old Emily Samantha Ruiz, a kid in route to New York to join her parents and ended up in Guatemala. It is not that the pilot got lost, but the fact is that the plane stopped over in Washington, D.C., and La Migra decided to deport them both, her and her grandfather, from Dulles Airport.
The grandfather was traveling, legally, with a working visa that allows him to do so to and from Guatemala, but given the fact that the Obama regime is on the lookout for possible Al-Qaida suspects among all immigrants it has contact with, it did Discovery that the old man was, indeed, a very dangerous person. He had an “immigration violation” dated back to 1990. The wires don’t explain which, but usually “immigration violations” are unfinished paperwork cases, not felonies.
Instead of receiving Emily Samantha, their parents received a message from La Migra asking them to make a choice: Emily could be sent to a juvenile center in wait to be placed with foster parents in Virginia, or returned to Guatemala with her deported grandfather.
Upon such choices, the couple decided she was to be sent back to Guatemala. La Migra defended the action saying that “they make the effort to reunite minor with their families, but the parents decided to that she should remain with her grandfather.”
The fact that Emily Samantha is U.S. citizen did not matter at all…
Deportation or Citizenship
The complete opposite case on everything, from age to geography and country of origin, is that of Mr. Leeland Davidson, a resident of Centralia, Washington, a 95 year old Second World War veteran who, thinking he may not have enough time to do it later, decided to visit some relatives in Canada, and to do so applied for a driver license and was rejected. Stubborn, as any 95 year-old deserves to be, Leeland asked why, and got a surprise when he was told: He is not a U.S. citizen. He is an otherwise “illegal alien,” because he also lacks a green card.
It so happens that Leeland was born in British Columbia, Canada, in 1916, and he always thought he was a citizens because his parents were from “South of the border.” But as it always happens, it so happens that his father was born in Iowa in 1878, three years before the state started keeping birth records, so there is no document to prove he is the son of a U.S. citizen who immigrated to Canada.
The only time Leeland suspected something was not right was when he applied to join the U.S. Navy during the Second World War, but he still has a letter from the then Department of Labor, Immigration and Naturalization Services, skating that he should “not worry” about his status.
When he asked for his driver license to go to Canada, Leeland was told not to pursue the matter further, because he could lose his Social Security pension, and at the Department of State offices he was told that he “Could even be deported.”
Just because Leeland is not 4 years old and his parents are not from Guatemala, he did pursue the issue and ended up at Washington’s Senator Patty Murray’s offices, who promised to “solve the problem.” Such solution, so far, has been to give him a citizenship application and tell him that the paperwork would be free of charge because he is a veteran.
To be even in both cases, Leeland should be deported to Canada or Emily Samantha should be brought back. Or, maybe, Leeland should be put up for adoption or Guatemala should deport Emily Samantha to the U.S.
Or, maybe better, the stupid and absurd immigration law should be fixed since it’s worthless, and none of the absurd two cases would be repeated over and over.
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
The new deportations goal of the Barack Obama regime for this year is 500 thousand. Half-million deportations to be completed by October 31st. It would be a new World record, above last years’ 395 thousand, averaging some one-thousand 370 people a day. That is not an easy feat, because remembering another number, immigration judges have being rejecting one out of every three petitions of deportations by ICE, La Migra. That raises the stakes. If La Migra wants to deport half a million, it need to detain and start deportation proceeding to about 670 thousand people, some one thousand 835 a day.
Maybe that’s why they are taking actions like the deportation of 4-year old Emily Samantha Ruiz, a kid in route to New York to join her parents and ended up in Guatemala. It is not that the pilot got lost, but the fact is that the plane stopped over in Washington, D.C., and La Migra decided to deport them both, her and her grandfather, from Dulles Airport.
The grandfather was traveling, legally, with a working visa that allows him to do so to and from Guatemala, but given the fact that the Obama regime is on the lookout for possible Al-Qaida suspects among all immigrants it has contact with, it did Discovery that the old man was, indeed, a very dangerous person. He had an “immigration violation” dated back to 1990. The wires don’t explain which, but usually “immigration violations” are unfinished paperwork cases, not felonies.
Instead of receiving Emily Samantha, their parents received a message from La Migra asking them to make a choice: Emily could be sent to a juvenile center in wait to be placed with foster parents in Virginia, or returned to Guatemala with her deported grandfather.
Upon such choices, the couple decided she was to be sent back to Guatemala. La Migra defended the action saying that “they make the effort to reunite minor with their families, but the parents decided to that she should remain with her grandfather.”
The fact that Emily Samantha is U.S. citizen did not matter at all…
Deportation or Citizenship
The complete opposite case on everything, from age to geography and country of origin, is that of Mr. Leeland Davidson, a resident of Centralia, Washington, a 95 year old Second World War veteran who, thinking he may not have enough time to do it later, decided to visit some relatives in Canada, and to do so applied for a driver license and was rejected. Stubborn, as any 95 year-old deserves to be, Leeland asked why, and got a surprise when he was told: He is not a U.S. citizen. He is an otherwise “illegal alien,” because he also lacks a green card.
It so happens that Leeland was born in British Columbia, Canada, in 1916, and he always thought he was a citizens because his parents were from “South of the border.” But as it always happens, it so happens that his father was born in Iowa in 1878, three years before the state started keeping birth records, so there is no document to prove he is the son of a U.S. citizen who immigrated to Canada.
The only time Leeland suspected something was not right was when he applied to join the U.S. Navy during the Second World War, but he still has a letter from the then Department of Labor, Immigration and Naturalization Services, skating that he should “not worry” about his status.
When he asked for his driver license to go to Canada, Leeland was told not to pursue the matter further, because he could lose his Social Security pension, and at the Department of State offices he was told that he “Could even be deported.”
Just because Leeland is not 4 years old and his parents are not from Guatemala, he did pursue the issue and ended up at Washington’s Senator Patty Murray’s offices, who promised to “solve the problem.” Such solution, so far, has been to give him a citizenship application and tell him that the paperwork would be free of charge because he is a veteran.
To be even in both cases, Leeland should be deported to Canada or Emily Samantha should be brought back. Or, maybe, Leeland should be put up for adoption or Guatemala should deport Emily Samantha to the U.S.
Or, maybe better, the stupid and absurd immigration law should be fixed since it’s worthless, and none of the absurd two cases would be repeated over and over.
martes, 5 de abril de 2011
Adoptada o Deportada
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
La nueva meta de deportaciones del régimen de Barack Obama para este año es de 500 mil. Medio millón de deportaciones a completar de aquí al 31 de octubre. Significaría volver a romper el récord mundial de deportaciones, ya roto el año pasado con 395 mil, y significaría unas mil 370 personas cada día. Eso no es fácil, porque echándole más números, los jueces de inmigración le han estado negado a La Migra una de cada tres solicitudes de deportación, lo que significa que hay que detener por lo menos a 670 mil personas si quieren cumplir con su meta, unas mil 835 personas por día.
A la mejor por eso se están aventando puntadas como la deportación de Emily Samantha Ruiz, una pequeña de 4 años que iba rumbo a Nueva York a reunirse con sus papás y terminó en Guatemala. No fue falla del piloto, sino que el avión hizo escala en Washington, D.C., y ahí La Migra tuvo a bien echarlos pa’ tras a ella y a su abuelo.
El abuelo viajaba, legalmente, con una visa de trabajo que le permite ir y venir con libertad desde su natal Guatemala, pero con eso de que el gobierno de Obama considera que cualquier inmigrante es un criminal peligroso a menos que demuestre lo contrario, le checaron el expediente y descubrieron que, efectivamente, era un peligrosísimo criminal: tenía en su expediente una “infracción de inmigración” del año 1990. Los cables que traen la información no aclaran el nivel de la infracción, pero normalmente las autoridades se refieren a “una infracción” cuando alguien no hizo o no terminó algún trámite legal relativo a la inmigración.
El caso es que Emily Samantha no llegó en el avión a Nueva York, y lo que llegó fue un mensaje a sus papás de parte de la Patrulla Fronteriza: “Emily puede ser enviada a un centro juvenil en el estado de Virginia mientras alguna pareja la quiere adoptar, o devuelta a Guatemala con su abuelo, ¿qué prefieren?”.
Con tan brillantes opciones, los padres prefirieron que se fuera a Guatemala. La Migra defiende el caso diciendo que “hacen el esfuerzo de reunir a los menores con sus padres, pero los padres optaron por enviarla con el abuelo”.
A todo esto, sucede que Emily Samantha es ciudadana de Estados Unidos…
Deportado o Ciudadano
El caso contrario, de todo a todo, en edad, geografía y país de origen, es el de Leeland Davidson, residente de Centralia, estado de Washington, veterano de la Segunda Guerra Mundial y de 95 años de edad, que por aquello de que no se le vaya a hacer tarde, decidió sacar una licencia de manejo, y se la negaron. Terco como toda persona de 95 años merece y tiene todo el derecho de ser, Leeland preguntó por qué, y la respuesta resultó bastante asombrosa. No es ciudadano de Estados Unidos. Pa’ rematar, es un “illegal alien” porque ni siquiera tiene la residencia legal.
Resulta que Leeland nació en British Columbia, Canadá, en 1916, y siempre pensó que era estadounidense porque sus papás si eran del lado sur de la frontera canadiense. Como todo en esta vida, sucede además que su ‘apa nació en Iowa en 1878, pero el estado no empezó su registro civil hasta 1880, así que no hay documento que pruebe lo que dice este extranjero ilegal.
La única vez que tuvo sospechas de algo raro fue cuando se unió la Marina gringa, al calor de la Segunda Guerra Mundial, pero las autoridades del entonces Departamento del Trabajo, Inmigración y Servicios de Naturalización le dijeron que no había bronca, que no dijera nada y se acabó.
Cuando pidió su licencia para viajar a Canadá le dijeron amablemente que mejor no le moviera, porque podía perder su pensión del Seguro Social y en las oficinas de la Secretaria de Estado le dijeron que a la mejor hasta acaba deportado.
Pero como Leeland no tiene 4 años ni sus papás son de Guatemala, ha revuelto cielo, tierra y mar, y se fue a la oficina de su senadora, Patty Murray, y cuando la funcionaria prometió resolver el problema. Hasta ahorita, la “resolución” ha sido entregarle una solicitud para que pida la ciudadanía, y avisarle que como es veterano de guerra, no le costará nada.
Para que las cosas fuera parejas, una de dos. O deportan a Leeland a su nativo Canadá, o regresan a Emily Samantha a Estados Unidos. O de tres. Podrían poner a Leeland en adopción, y Guatemala podría deportar a Emily Samantha de regreso a Estados Unidos.
O de cuatro. Podrían arreglar la estúpida y absurda ley de inmigración que no sirve para nada, y ninguno de los dos absurdos anteriores volvería a repetirse.
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
La nueva meta de deportaciones del régimen de Barack Obama para este año es de 500 mil. Medio millón de deportaciones a completar de aquí al 31 de octubre. Significaría volver a romper el récord mundial de deportaciones, ya roto el año pasado con 395 mil, y significaría unas mil 370 personas cada día. Eso no es fácil, porque echándole más números, los jueces de inmigración le han estado negado a La Migra una de cada tres solicitudes de deportación, lo que significa que hay que detener por lo menos a 670 mil personas si quieren cumplir con su meta, unas mil 835 personas por día.
A la mejor por eso se están aventando puntadas como la deportación de Emily Samantha Ruiz, una pequeña de 4 años que iba rumbo a Nueva York a reunirse con sus papás y terminó en Guatemala. No fue falla del piloto, sino que el avión hizo escala en Washington, D.C., y ahí La Migra tuvo a bien echarlos pa’ tras a ella y a su abuelo.
El abuelo viajaba, legalmente, con una visa de trabajo que le permite ir y venir con libertad desde su natal Guatemala, pero con eso de que el gobierno de Obama considera que cualquier inmigrante es un criminal peligroso a menos que demuestre lo contrario, le checaron el expediente y descubrieron que, efectivamente, era un peligrosísimo criminal: tenía en su expediente una “infracción de inmigración” del año 1990. Los cables que traen la información no aclaran el nivel de la infracción, pero normalmente las autoridades se refieren a “una infracción” cuando alguien no hizo o no terminó algún trámite legal relativo a la inmigración.
El caso es que Emily Samantha no llegó en el avión a Nueva York, y lo que llegó fue un mensaje a sus papás de parte de la Patrulla Fronteriza: “Emily puede ser enviada a un centro juvenil en el estado de Virginia mientras alguna pareja la quiere adoptar, o devuelta a Guatemala con su abuelo, ¿qué prefieren?”.
Con tan brillantes opciones, los padres prefirieron que se fuera a Guatemala. La Migra defiende el caso diciendo que “hacen el esfuerzo de reunir a los menores con sus padres, pero los padres optaron por enviarla con el abuelo”.
A todo esto, sucede que Emily Samantha es ciudadana de Estados Unidos…
Deportado o Ciudadano
El caso contrario, de todo a todo, en edad, geografía y país de origen, es el de Leeland Davidson, residente de Centralia, estado de Washington, veterano de la Segunda Guerra Mundial y de 95 años de edad, que por aquello de que no se le vaya a hacer tarde, decidió sacar una licencia de manejo, y se la negaron. Terco como toda persona de 95 años merece y tiene todo el derecho de ser, Leeland preguntó por qué, y la respuesta resultó bastante asombrosa. No es ciudadano de Estados Unidos. Pa’ rematar, es un “illegal alien” porque ni siquiera tiene la residencia legal.
Resulta que Leeland nació en British Columbia, Canadá, en 1916, y siempre pensó que era estadounidense porque sus papás si eran del lado sur de la frontera canadiense. Como todo en esta vida, sucede además que su ‘apa nació en Iowa en 1878, pero el estado no empezó su registro civil hasta 1880, así que no hay documento que pruebe lo que dice este extranjero ilegal.
La única vez que tuvo sospechas de algo raro fue cuando se unió la Marina gringa, al calor de la Segunda Guerra Mundial, pero las autoridades del entonces Departamento del Trabajo, Inmigración y Servicios de Naturalización le dijeron que no había bronca, que no dijera nada y se acabó.
Cuando pidió su licencia para viajar a Canadá le dijeron amablemente que mejor no le moviera, porque podía perder su pensión del Seguro Social y en las oficinas de la Secretaria de Estado le dijeron que a la mejor hasta acaba deportado.
Pero como Leeland no tiene 4 años ni sus papás son de Guatemala, ha revuelto cielo, tierra y mar, y se fue a la oficina de su senadora, Patty Murray, y cuando la funcionaria prometió resolver el problema. Hasta ahorita, la “resolución” ha sido entregarle una solicitud para que pida la ciudadanía, y avisarle que como es veterano de guerra, no le costará nada.
Para que las cosas fuera parejas, una de dos. O deportan a Leeland a su nativo Canadá, o regresan a Emily Samantha a Estados Unidos. O de tres. Podrían poner a Leeland en adopción, y Guatemala podría deportar a Emily Samantha de regreso a Estados Unidos.
O de cuatro. Podrían arreglar la estúpida y absurda ley de inmigración que no sirve para nada, y ninguno de los dos absurdos anteriores volvería a repetirse.
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