México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
Todo el mundo puede perder algo alguna vez, desde las llaves de la casa hasta el coche en el estacionamiento de un centro comercial, pero perder algo en la Casa Blanca, la casa del señor que se supone que es el más poderoso del mundo y por que ende se supone que fuera uno de los lugares más seguros del planeta, suena medio raro.
Lo que se perdió en la Casa Blanca, además del sentido común por lo menos en lo que respecta al tratamiento y política hacia los inmigrantes, es un video. Era parte de un concurso convocado a finales del año pasado, en noviembre, bajo el título de “What’s Your Story”, o “Cuál es tu Historia”, organizado por la AAPI, siglas de la Iniciativa de Americanos Asiáticos y del Pacífico, uno de tantos grupos creados por Barack Obama en el 2009, para “asesorarlo en los temas relativos a estas comunidades”.
Obama creó el comité de asesores con las bonitas palabras de que “Cuando uno de nuestros ciudadanos es incapaz de desarrollarse completamente por razones que no tienen nada que ver con su talento, carácter o ética de trabajo, creo que nuestro gobierno tiene un papel que jugar”.
El caso es que AAPI recibió cerca de 200 videos para su concurso, y seleccionó 10 para que el público pudiera votar por ellos para decidir al ganador.
Y ahí fue donde se empezó a perder el mentado video. Resulta que el trabajo con más votos, más de 13 mil, desapareció misteriosamente en algún momento entre la votación y la fecha oficial de elección del ganador. Esa fecha fue el 5 de abril, cuando se llevó a cabo un evento en la Casa Blanca al cual fueron invitados los productores y directores de los videos finalistas… menos uno. La invitación fue “oficialmente rechazada” para los creadores de “My Asian Americana” para ir a la Casa Blanca, a pesar de que la oficina presidencial emitió un video oficial para el público votante donde un personero decía que “estos videos nos recuerdan el trabajo que tenemos que hacer”, y que “con su ayuda invitaremos a un grupo excepcional de finalistas par compartir sus historias personalmente con oficiales de la administración del Presidente Obama”.
… o lo desaparecido….
Ya con esos antecedentes, parece ser que el video no se perdió, sino que simplemente desapareció, y no por voluntad divina sino por las órdenes expresas de alguien de carne y hueso.
La cosa es que el video “My Asian Americana” hablaba de eso que le llaman “sistema de justicia” y su relación con la inmigración. Especialmente, presentaba una docena de personas, hombres y mujeres, deportados a países que prácticamente no conocen porque salieron de ellos demasiado jóvenes, y platicaban de lo que extrañan, de lo que tenían, incluidas sus familias, mientras vivieron en Estados Unidos.
Seth Wessler, reportero de la página Web Colorlines.com, le mandó dos e-mails a la Casa Blanca preguntándoles por qué se había “desaparecido el video, y no se los contestaron. “Era demasiado ‘verdadero’ para ser manejado por la administración (de Obama)”, dice Wessler. “El video marca muy claramente los problemas de aplicación de la ley de inmigración, y que ha habido poco sentido común en los procesos de deportación de personas que son estadounidenses en todo excepto en un pedazo de papel. Admitir que hay un fuerte problema en la estructura del sistema migratorio y que es un fallo en su aplicación legal diaria era algo que la administración no podía hacer”.
“My Asian Americana ganó los votos”, dice Studio Revolt, productores del video “aunque no hayamos ganado el viaje a la Casa Blanca. Ganamos los corazones de más de 13 mil personas a las que les interesó el tema. Es un año electoral, y la administración de Obama ha hecho un gran trabajo tratando de evitar hablar de los temas importantes”, continúan, “tanto así que ignoraron un proceso democrático que votó en favor de que las deportaciones son un problema central para las comunidades asiáticas y del pacífico”. Studio Revolt se hizo su propia fiesta, como denuncia de la actitud de la Casa Blanca.
Lo que yo me pregunto ahora es que si la Casa Blanca puede desaparecer un video como por arte de magia y no responsabilizarse de su desaparición, cómo le haremos para que reconozca a nuestro millón de desaparecidos, deportados todos, por algo que no tiene que ver “con su talento, carácter o ética de trabajo”, y cómo le hacemos ver que el “papel que tiene que jugar” es asumir su responsabilidad y volverlos a aparecer a todos…
miércoles, 11 de abril de 2012
miércoles, 4 de abril de 2012
Las Buenas Intenciones…
México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
Con buenas intenciones, sin duda alguna, el Congreso Mexicano aprobó hace unas semanas otra barrabasada de las que acostumbra. Cortesía de la Diputada panista Lety Salazar, Presidenta de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios en la Cámara de Diputados, y de uno de los niños Verdes en el Senado, el imberbe Manuel Velasco Coello, se le agregó in parrafito al inciso a) de la fracción I del artículo 20 de la Ley de Nacionalidad.
El párrafo, que solamente espera la firma de Calderón para ser un hecho legal, dice así: “Quedarán exentos de comprobar la residencia que establece la fracción I, aquellos descendientes en línea recta en segundo grado de un mexicano por nacimiento, siempre que no cuente con otra nacionalidad al momento de la solicitud; o bien no le sean reconocidos los derechos adquiridos a partir de su nacimiento”.
La noticia recogida por algunos medios de comunicación mexicanos, ya sea porque así se los dictaron o así lo entendieron o nomás porque así reprodujeron el comunicado de prensa del Congreso, explica que ese párrafo “elimina el requisito de residencia a los descendientes en línea directa de un ciudadano mexicano y que se le reconozca su nacionalidad, independientemente de tener o no tiempo de residencia en territorio nacional”.
La racionalidad, en palabras de la panista Salazar, es que lo más importante que tiene el Decreto consiste en “exentar a los extranjeros descendientes en línea recta en segundo grado de un mexicano por nacimiento, de comprobar la residencia mínima de dos años previos a la presentación de la solicitud y siempre que no cuenten con otra nacionalidad al momento de la solicitud”.
Agregan los boletines de prensa que “Lo anterior”, siempre según la diputada, “fue expuesto como una inquietud por parte de los Consejeros del CCIME, en las múltiples reuniones sostenidas con nuestros connacionales en Territorio Nacional y en la propia Unión Americana”.
¡Mea culpa! Efectivamente, aún como miembros del Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, cabildeamos por una cosa así… pero criticamos el texto exacto de la propuesta y les dijimos claritamente clarito que estaba mal.
… y Las Malas Acciones
Sospecho con el pecho y calculo con el pié derecho que los legisladores nunca entendieron lo que andábamos diciendo.
Se trataba de eliminar el requisito, efectivamente, de 5 años de residencia para que un chamaco nieto de mexicano(s) nacido en extranjia, particularmente en Estados Unidos, pueda obtener la nacionalidad mexicana. Esto ampliaría el espectro de la nacionalidad mexicana hasta la segunda generación, es decir, no solamente los hijos de mexicanos sino sus nietos podrían ser considerados nacionales mexicanos. De golpe, México podría “adquirir” unos 10 o 15 millones más de nacionales.
Pero en su infinita sabiduría, los legisladores no entendieron nada.
El error está es la condicionante que le pusieron al Decreto, ése de que “siempre que no cuenten con otra nacionalidad al momento de la solicitud”.
Hasta la fecha, no conozco casos de niños que no gocen de alguna nacionalidad, y si los hay se me hace que deben ser extraordinariamente raros. Entre los adultos refugiados políticos, expatriados y otros si hay algunos, pero no creo que entre los niños.
Las “explicaciones” de Salazar y Velasco argumentan que la iniciativa se presentó para “enfrentar diversas iniciativas estadounidenses que dejarían sin nacionalidad a los hijos de migrantes ilegales y que tampoco gozarían de la nacionalidad mexicana, por lo que serían apátridas”.
Falso de toda falsedad. Ninguna iniciativa real en Estados Unidos amenaza con “dejar sin nacionalidad” a los hijos de nadie (en todo caso sería a los “nietos”, lo cual tampoco tiene sentido). Sería necesaria una enmienda a la catorceava Enmienda de la Constitución gringa, que fuera aprobada por mayoría calificada de dos terceras partes en el Congreso y refrendada por 34 estados para que sucediera. No existe tal iniciativa. Lo que hay es habladuría del Tea Party, y no ha llegado a más. Ninguna de las más de 640 iniciativas estatales podría hacerlo.
Calderón, de seguro, la firmará, y si alguien lleva cuentas en México de las leyes absurdas, lo invito a que revise en un año cuantos “niños sin nacionalidad” la han usado.
Y por cierto, le dedico esta columna a mi hermana Adriana Mújica Murias, flamante diputada del estado de Morelos, con la absoluta confianza de que no va a hacer ninguna estupidez de este tamaño. ¡Felicidades Adriana!
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
Con buenas intenciones, sin duda alguna, el Congreso Mexicano aprobó hace unas semanas otra barrabasada de las que acostumbra. Cortesía de la Diputada panista Lety Salazar, Presidenta de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios en la Cámara de Diputados, y de uno de los niños Verdes en el Senado, el imberbe Manuel Velasco Coello, se le agregó in parrafito al inciso a) de la fracción I del artículo 20 de la Ley de Nacionalidad.
El párrafo, que solamente espera la firma de Calderón para ser un hecho legal, dice así: “Quedarán exentos de comprobar la residencia que establece la fracción I, aquellos descendientes en línea recta en segundo grado de un mexicano por nacimiento, siempre que no cuente con otra nacionalidad al momento de la solicitud; o bien no le sean reconocidos los derechos adquiridos a partir de su nacimiento”.
La noticia recogida por algunos medios de comunicación mexicanos, ya sea porque así se los dictaron o así lo entendieron o nomás porque así reprodujeron el comunicado de prensa del Congreso, explica que ese párrafo “elimina el requisito de residencia a los descendientes en línea directa de un ciudadano mexicano y que se le reconozca su nacionalidad, independientemente de tener o no tiempo de residencia en territorio nacional”.
La racionalidad, en palabras de la panista Salazar, es que lo más importante que tiene el Decreto consiste en “exentar a los extranjeros descendientes en línea recta en segundo grado de un mexicano por nacimiento, de comprobar la residencia mínima de dos años previos a la presentación de la solicitud y siempre que no cuenten con otra nacionalidad al momento de la solicitud”.
Agregan los boletines de prensa que “Lo anterior”, siempre según la diputada, “fue expuesto como una inquietud por parte de los Consejeros del CCIME, en las múltiples reuniones sostenidas con nuestros connacionales en Territorio Nacional y en la propia Unión Americana”.
¡Mea culpa! Efectivamente, aún como miembros del Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, cabildeamos por una cosa así… pero criticamos el texto exacto de la propuesta y les dijimos claritamente clarito que estaba mal.
… y Las Malas Acciones
Sospecho con el pecho y calculo con el pié derecho que los legisladores nunca entendieron lo que andábamos diciendo.
Se trataba de eliminar el requisito, efectivamente, de 5 años de residencia para que un chamaco nieto de mexicano(s) nacido en extranjia, particularmente en Estados Unidos, pueda obtener la nacionalidad mexicana. Esto ampliaría el espectro de la nacionalidad mexicana hasta la segunda generación, es decir, no solamente los hijos de mexicanos sino sus nietos podrían ser considerados nacionales mexicanos. De golpe, México podría “adquirir” unos 10 o 15 millones más de nacionales.
Pero en su infinita sabiduría, los legisladores no entendieron nada.
El error está es la condicionante que le pusieron al Decreto, ése de que “siempre que no cuenten con otra nacionalidad al momento de la solicitud”.
Hasta la fecha, no conozco casos de niños que no gocen de alguna nacionalidad, y si los hay se me hace que deben ser extraordinariamente raros. Entre los adultos refugiados políticos, expatriados y otros si hay algunos, pero no creo que entre los niños.
Las “explicaciones” de Salazar y Velasco argumentan que la iniciativa se presentó para “enfrentar diversas iniciativas estadounidenses que dejarían sin nacionalidad a los hijos de migrantes ilegales y que tampoco gozarían de la nacionalidad mexicana, por lo que serían apátridas”.
Falso de toda falsedad. Ninguna iniciativa real en Estados Unidos amenaza con “dejar sin nacionalidad” a los hijos de nadie (en todo caso sería a los “nietos”, lo cual tampoco tiene sentido). Sería necesaria una enmienda a la catorceava Enmienda de la Constitución gringa, que fuera aprobada por mayoría calificada de dos terceras partes en el Congreso y refrendada por 34 estados para que sucediera. No existe tal iniciativa. Lo que hay es habladuría del Tea Party, y no ha llegado a más. Ninguna de las más de 640 iniciativas estatales podría hacerlo.
Calderón, de seguro, la firmará, y si alguien lleva cuentas en México de las leyes absurdas, lo invito a que revise en un año cuantos “niños sin nacionalidad” la han usado.
Y por cierto, le dedico esta columna a mi hermana Adriana Mújica Murias, flamante diputada del estado de Morelos, con la absoluta confianza de que no va a hacer ninguna estupidez de este tamaño. ¡Felicidades Adriana!
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