México
del Norte
mexicodelnorte@yahoo.com.mx
“En el tema fronterizo tenemos que velar
por tener una membrana inteligente, que detenga lo malo y deje pasar lo bueno,
incluido las personas, tenemos que tener un cuidado puntual de los derechos, un
gobierno humano para tener un tratamiento de las fronteras, vamos a reforzar
las políticas de la integración e internación de los extranjeros”.
Las
anteriores no son palabras de Mitt Romney o alguno de sus asesores Republicanos
anti-inmigrantes, aunque suenen por ese lado. “Detener lo malo y dejar pasar lo
bueno, incluyendo las personas”, me suena a discurso propio de alguna autoridad
de Arizona.
Pero
la declaración no se produjo de este lado, sino en México. Las pronunció el
Ex Coordinador de Asuntos Internacionales
del Estado de México, Asesor Económico del mismo Estado, fundador y Presidente
del Grupo Draconis (no los entrenadores del Pókemon, sino una “empresa
consultora en transferencia internacional de tecnología industrial”), con
títulos profesionales del ITESM, las Universidades de Cambridge y Tulane, y un
post-doctorado del Instituto Universitario Europeo de Florencia, Italia. En
estos días, se desempeña como coordinador de temas migratorios en el gabinete
de transición de Peña Nieto.
Su
nombre es Arnulfo Valdivia Machuca, y quiere crear una nueva Patrulla
Fronteriza “inteligente” del lado mexicano. Eso suena a contradicción, porque
el concepto de impedir o dificultar el paso de los trabajadores hacia sus
centros de trabajos no tiene nada de “inteligente”, ni desde el punto de vista
económico ni el humano, pero en fin.
Según
Valdivia, “los esfuerzos sobre migración van encaminado a la creación de una
frontera que funcione como ‘membrana inteligente’, una especie de filtro
fronterizo que logre discernir las posibilidades de tránsito que tienen quienes
arriban a México, es decir, que pueda crear los filtros necesarios para
que quienes cruzan por la frontera sur no se queden varados en su intento por
cruzar a Estados Unidos”.
Explicando
al post-doctor, diremos que se trataría de dejar pasar por la frontera sur
solamente a quienes garanticen que pueden pasar por la frontera norte.
Eliminar
a los Pobres
Los planes del nuevo Juan Hernández , aquél güerito
texano de sangre azul designado por Vicente Fox para tratar los asuntos
migratorios desde la presidencia, se basan en cuatro puntos: 1- “Crear una
política de Estado en la que participen todas las dependencias”; 2- tener “Una frontera más respetuosa de
los derechos humanos y con miras a atender la seguridad no sólo nacional,
sino regional”; 3- “Modificar las especificaciones legales para el cruce
de personas”, y 4- “Modernizar y crear nuevos filtros para tratar el flujo de
personas por el territorio nacional, con el fin de disminuir el número de
indocumentados que se concentran en la frontera norte sin posibilidades de
cruzarla, formando cinturones de pobreza”.
La
primera suena hasta loable de alguna manera, y la han demandado los migrantes,
La política migratoria mexicana, pese a ser el país con más migrantes en el
mundo, sigue repartida entre 8 o 10 dependencias del gobierno federal, y es
hora de crear una Secretaría de Migración. La segunda suena sospechosa. “Seguridad
regional” es una frase favorita de los gringos casa vez que se meten en América
Latina en vez de atender a las raíces de sus problemas en casa, como el consumo
de drogas que fomenta la existencia del narco.
La tercera suena
de plano rara. Hace apenas dos semanas Felipe Calderón por fin
emitió el Reglamento de la Ley Mexicana de Migración, y eso de “Modificar
las especificaciones legales para el cruce de personas” suena como a
empeorarla un poco más. Y la cuarta suena exactamente como a Arizona. En vez de
procurar una política de libre tránsito, se trataría de hacerle el trabajo
sucio a la Migra gringa desde la frontera sur, evitando que los centro y
sudamericanos lleguen a Estados Unidos por la vía de no dejarlos siquiera
entrar a México.
En resumen,
Valdivia dice que “Tener una frontera con cuidado de los derechos humanos no
forzosamente implica que se deje pasar a todos, sino que se permita el
tránsito a quien no se le tendrá en condiciones de peligro en la frontera norte”.
O sea que en aras de la “seguridad” de los migrantes, mejor no los dejamos
pasar y ya.
Curiosamente, según
las autoridades migratorias, al año cruzan cerca de 400 mil personas por la
frontera sur sin documentos, de los cuales 80 mil son deportados y 70 mil
logran llegar a Estados Unidos, más o menos uno de cada cinco. Los 250 mil que
se quedan equivalen, casi exactamente, a los mexicanos que pasan para “el
norte” cada año.
Una política
poblacional coherente estaría feliz con ese balance y debía concentrarse en las
condiciones de vida y empleo de quienes residan en México, mexicanos o no. Pero
la política de Peña Nieto parece encaminada no a eliminar la pobreza, sino a
los pobres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario