México del Norte
Jorge Mújica Murias
Conforme
avanza el proceso electoral en Estados Unidos, avanzan también las definiciones
sobre la inmigración en el país. Esta semana, durante la Convención Nacional
Republicana, se oyeron algunas frases sobre el tema, la mayoría simplemente
rolleras que no pasarán a la historia, y una, una sola, que me llamó la
atención.
Abrió el fuego Rick Santorum, ex
Senador de Pennsylvania, recordando que es nieto de un “inmigrante que no vino
aquí (en 1923) buscando beneficios sociales del gobierno (obviamente porque en
aquellos tiempos no los había ni para los ciudadanos)”, y acusando a Barack
Obama de “rehusarse a aplicar la Ley de Inmigración como si estuviera por
encima de la legalidad”.
Lo siguió Sharon Day, Co-Presidenta
del Comité Nacional Republicano, acusando a Obama de haber “cambiado las leyes de
inmigración”, sin duda refiriéndose a las políticas (ninguna promulgada por Obama
sino por Janet Napolitano, jefa de la Secretaría de Seguridad Nacional), sobre
los criterios de deportación y la famosa “acción diferida” para los jóvenes.
Pavoneándose por “haber aprobado la
ley más nueva contra la inmigración ilegal”, la Gobernadora de Carolina del
Sur, Nikki Haley, dijo que “el presidente ha fallado en asegurar nuestras
fronteras de manera efectiva”, así que “los estados tienen que hacerlo”. Habría
que recordarle a Haley que su estado no tiene fronteras internacionales, sino
solamente con Carolina del Norte, Georgia y el Atlántico.
Por ahí se coló el Alcalde de Tampa,
Bob Buckhorn, recordándole a todo el mundo que Estados Unidos fue hecho “por
gente que trabajaba duro y tenía grandes sueños; familias inmigrantes de
Alemania, España, Italia y Cuba”. Para don Buckhorn no hay ni ha habido
inmigrantes polacos, ingleses, irlandeses ni mexicanos en la historia gringa,
parece.
Luego vino la frase esa que me sonó,
de labios del Senador Marco Rubio, desafiando a los Republicanos a “no ser el
partido anti-inmigración ilegal”, sino “pro-inmigración legal” y, reconociendo
que eso es un desafío, les recordó que “esta es una nación de inmigrantes, pero
también de leyes”.
El Huevo o La Gallina
Me sonó la
frasecita porque se la escuché a otro político, a Barack Obama, el 15 de Junio
de este año, explicando DACA, el programa de “Acción Diferida”, conocido
también como “Deportación Diferida” por los activistas cuerdos de inmigración. Dijo
que “Siempre nos ha fortalecido ser una nación de inmigrantes y una nación de
leyes”. Luego la publicó en su columna de la revista Time Ideas, diciendo que
su medida “mantiene nuestra herencia como una nación de leyes y una nación de
inmigrantes”.
Y la usó antes, el 23 de Abril del 2010,
comentando la Ley de Inmigración de Arizona, la que legaliza el perfilamiento
racial.
Pero antes se la escuché a Elton
Gallegly, jefazo Republicano del Subcomité de Política Migratoria de la Casa de
Representantes, el año pasado. Según Gallegly “vamos a seguir viendo estudios
que dicen que todos los nuevos trabajos se van para trabajadores inmigrantes”.
Como eso no le hace gracia, recalcó que “Soy un fuerte partidario de la
inmigración legal y fuerte enemigo de la inmigración ilegal”, porque “somos una
nación de inmigrantes, pero también una nación de leyes”.
Capaz se la copió a Ken Mehlman, ideólogo
Republicano quien llamaba en 2007 a su partido a tener una plataforma “inclusiva”,
de aceptación a los inmigrantes, que “mantuviera a Estados Unidos como una
nación de leyes y una nación de inmigrantes”. Y chance los dos se la copiaron a
George Bush, quien la usa en su libro “Puntos Decisivos”, recordando sus varios
discursos con la frasecita durante las marchas de la Primavera del Inmigrante
de 2006. La usó en su mensaje radial del 27 de marzo, dos días después de que
en Los Ángeles marcharan un millón de inmigrantes, y el 15 de mayo, después de
que 5 millones de inmigrantes marcharan en un centenar de ciudades. Dijo que
“somos una nación de leyes y debemos ejercerlas. Y somos también una nación de
inmigrantes y debemos mantener esa tradición”.
Pero todos se la copiaron a Bill
Clinton. Está en su libro “Entre la Esperanza y la Historia”, publicado en Enero
de 1996, porque la usó al proponer la Ley de Inmigración de 1995: “Somos una
nación de inmigrantes. Pero también somos una nación de leyes. Está mal que una
nación de inmigrantes permita que sus leyes de inmigración sean ignoradas y
debemos parar ese abuso”. La Ley creó la Operación Guardián, las redadas y las
actuales políticas migratorias de deportación, y la prohibición de contratar
inmigrantes indocumentados.
Pero no importa quien la haya
inventado. El caso es que la usan Republicanos y Demócratas por igual. Y es que
sobre la inmigración, la cosa es así. Es lo mismo Demócrata que Republicano.