miércoles, 22 de agosto de 2012

Celebraciones y Fallos


México del Norte
Jorge Mújica Murias
mexicodelnorte@yahoo.com.mx

“Celebra la Secretaría de Relaciones Exteriores los fallos pro-migrantes en EU”, titula escuetamente un periódico mexicano la nota de la reacción allá en el sur sobre la cancelación de un montón de artículos de leyes anti-inmigrantes aprobadas por los congresos estatales gringos.
            En detalle, la “celebración” se debe a que la Corte de Apelaciones del 11 Circuito dejó sin efecto algunas disposiciones de la ley HB87 de Georgia y la Ley HB56 de Alabama, que establecían entre otras lindezas, que los contratos de varios tipos que se hicieran con inmigrantes indocumentados no tendrían reconocimiento judicial. En otras palabras, un contrato de trabajo, un contrato de compra-venta de una casa y mil transacciones económicas más podían ser legalmente desconocidos por una de las partes (obviamente la parte “documentada”), y dejar colgados de la brocha a los compradores o trabajadores. La ley dejaba a los inmigrantes indocumentados a la deriva, dificultándoles la vida en muchos aspectos.
            La otra parte clave de las suspensiones es la sección 28 de la Ley HB56 de Alabama, que obligaba a las escuelas a conseguir información sobre la situación migratoria de los nuevos estudiantes que entraran a las escuelas públicas del estado, bajo el argumento de que interfieren directa e indebidamente con el derecho constitucional de los menores de edad a la educación.
            El fallo de la Corte de Apelaciones da un respiro, pequeño, a la situación cada vez más grave para miles de inmigrantes en Estados Unidos que no solamente tienen que cuidarse de que se los lleve la Migra o los corran del trabajo gracias a los programas de la administración de Barack Obama, sino hasta de las administraciones escolares vueltas migra o los comerciantes que se los quieran tranzar.

Y a Media Celebrada…

Nomás que a media celebrada por el fallo de la Corte gringa, le cayó el cubetazo de agua helada al calderonismo, cuando se reveló, en ocasión del segundo aniversario de la masacre de San Fernando, que en este sexenio han desaparecido 70 mil personas en tránsito hacia el Norte.
            “Durante el sexenio del presidente Felipe Calderón se emprendió una política de terror en materia migratoria, caracterizada por asesinatos, secuestros y torturas contra miles de migrantes que transitan por territorio nacional”, se dijo en el evento, y que “el gobierno federal deja una deuda en la protección de las garantías y seguridad de ese sector”.
            Hace dos años por estas fechas se hallaron los cuerpos de 72 migrantes en una fosa clandestina en San Fernando Tamaulipas, y el caso será analizado por el Tribunal Permanente de los Pueblos como crimen de Estado y de lesa humanidad, y posiblemente como genocidio, según el obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera López. Como en el caso de San Fernando, en grupos o de uno en uno, ha cobrado desde 2006, unos 70 mil migrantes han desaparecido en el país, muchos de ellos encontrados en fosas clandestinas en diferentes ciudades, según la denuncia de Vera López.
            “Las políticas migratorias del gobierno mexicano no son de apoyo o asistencia sino de control, y su finalidad es evitar que lleguen a Estados Unidos. Es muy clara la impunidad en la que se deja actuar al crimen organizado, es una política de terror”, afirmó el prelado, y agregó que “San Fernando exhibe la complicidad entre quienes están en los retenes supuestamente para capturar a los migrantes y deportarlos. Son esos mismos policías quienes entregan a los migrantes a los delincuentes en las casas de seguridad, lo que significa un aumento de la putrefacción de las estructuras de administración de la justicia”.
Es otro de esos casos de “candil de la calle, oscuridad en la casa”. El gobierno mexicano respondió, forzadamente, obligado por las denuncias no solamente en México sino de la comunidad internacional, votando al vapor la Ley Mexicana de Migración, y sacando las fotos del Padre Solalinde en primera plana.
Hoy, a dos años, de San Fernando, Solalinde vive medio escondido y de hecho abandonó el país por una temporada, ante las amenazas de muerte, y la Ley no entra en vigor porque sin Reglamento simplemente no puede aplicarse. Efectivamente, un pendiente es que el régimen de Felipe Calderón no ha terminad todavía el Reglamento que debe acompañar la famosa Ley de Mexicana de Migración, esa que con tanta premura aprobó el Congreso el año pasado con gran escándalo y que se utilizó para tremenda campaña publicitaria en su favor, con la foto al frente del Padre Solalinde.
Francamente, no veo que fallo “celebra la Secretaría de Relaciones Exteriores, si a final de cuentas son mucho peores las políticas del gobierno mexicano contra los inmigrantes, que dejan muertos por miles, que las leyes anti-inmigrantes gringas…

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