Mexico
del Norte
Jorge Mujica
Murias
jmujicam@gmail
jmujicam@gmail
Dicen los apoyadores a ciegas de la llamada
reforma migratoria que "es una victoria" que le dará “a 11 millones
de indocumentados un camino a la ciudadanía”. Olvidemos la chorrada de la
ciudadanía, ya discutida y expuesta antes en México del Norte, y vámonos sobre
los millones nomás.
Cuando se
considere que “la frontera está segura”, un eufemismo barato porque ni siquiera
dicen segura de qué o contra que, si el narco o el contrabando chino o cd’s
piratas, comenzará el famosos “camino a la ciudadanía”, también eufemismo para
el proceso de regularización.
Para “calificar”, como
le dicen por acá, habrá que demostrar que se estaba aquí en los Unites a más
tardar el 31 de diciembre del 2011. Los inmigrantes “melate”, los que se
acumularon esta semana, están descalificados. Según la Migra, “la población
indocumentada permanece estable”, lo cual querrá decir que por cada deportado
ha entrado un nuevo indocumentado. Es decir, que un medio millón, de perdiz,
queda descalificado de entrada. Y a quien le prueben que estuvo fuera después
de esa fecha y que volvió a entrar, también truena.
Luego vienen los
“background check”, revisiones de antecedentes penales. Hasta 1988 los
“crímenes” considerados “graves” para un inmigrante eran iguales que los de
cualquier gringo común y corriente, asesinato, tráfico de drogas, tráfico de
armas, y demás, pero eso cambió. Hoy, un “crimen grave” es cualquier delito
“agravado”, cualquier cosa que envuelva armas de fuego, drogas (hasta para
consumo personal), violencia doméstica, abuso, y de remate, manejar en estado
de ebriedad sin licencia de manejo y presentar declaraciones falsas de
impuestos. Ahí se nos va, de perdiz, otro medio millón (o más), de supuestos
futuros ciudadanos. Y que conste, los delitos pueden haber sino cometidos no
solamente en Estados Unidos sino en el país de origen del inmigrante, según la
propuesta del Senado.
Nomás por no
dejar, y aunque un inmigrante nunca haya sido procesado legalmente, la Migra
puede considerarlo “peligroso” y descalificarlo así nomás. Los tatuajes,
arrestos aunque no hayan terminado en sentencia, pertenencia a pandillas y otra
cositas por el estilo significan la descalificación.
Pa’ seguirle, habrá
que demostrar “trabajo continuo” en Estados Unidos. Todos los que hayan sufrido
la crisis económica en carne propia y se quedaron sin chamba recientemente o
por períodos largos en los últimos años, no van a pasar el examen. Póngale, por
ponerle, un millón.
Pobres
Pero Deportados
Por cierto, eso de
probar trabajo estable va a estar en chino para quienes, millones de personas,
reciben dinero en efectivo en la chamba. Hay quienes no pueden probar con
ningún documento que han estado trabajando, aún continuamente, en muchos
lugares de trabajo con patrones que se hacen ricos robándole a los pobres.
Y eso nos lleva al
picudo problema de la pobreza. Según la propuesta del Senado, los “pobres pero
honrados” no caben en la supuesta legalización.
Primero hay que
soltar una lana porque está uno sin papeles en Estados Unidos, y después otra
porque los trámites no son gratuitos. Súmele gastos de fotografías, huellas
digitales, traducciones y (ojala que no pero siempre hay víctimas), cuotas de
abogados. Un cálculo aproximado viene a dar unos mil 200 dólares por persona.
Ah, claro, y hay que pagar impuestos si es que no se han pagado…
El paso que sigue
será demostrar que un inmigrante indocumentado gana, por lo menos, un 125 por
ciento por encima del llamado “nivel de pobreza”. Los números irán así: para
una persona, 14,362 dólares; para dos personas, 19,387, y para tres (digamos
papá, mamá y chilpayate), 24,412 dólares.
Según las
proyecciones de la oficina
del Censo, un 16 por ciento de familias latinas en Estados Unidos tienen
ingresos menores a los 15 mil dólares por año, y otro 15 por ciento ganan menos
de 25 mil dólares; en total, prácticamente una de cada tres familias de tres
personas simplemente no calificarían. Los orgullosos padres de 3 chamacos
tendrán que andar por los 35 mil dólares de ingresos para calificar, y los
papás de 5 tendrán que ganarse la lotería. Cabe aclarar que un salario mínimo
anda por los 15 mil dólares anuales…
Necesitaríamos
como tres columnas para seguir haciendo cálculos, así que mejor ahí muere.
Digamos solamente que de los 11 millones, solamente podrán entrar al famoso “camino
a la ciudadanía” tal vez unos 7 millones.
Y que conste,
habrá que repetir el gasto, los chequeos de antecedentes penales y la prueba de
“no haber estado desempleado por más de 60 días” a los seis y a los diez años.
Esta ley no trae
“camino a la ciudadanía”, sino a un futuro de partirse el lomo en dos chambas
de salario mínimo y sin quejarse. Y los cuatro millones que no “apliquen”, pues
el camino será de vuelta a sus países de origen…
esta reforma como la quieren no tiene sentido yo apoyo un TPS a nivel mundial asi no es reforma ni anmistia con opcion a viaje y luego veremos para cuando darles residencia - y asi jugamos a la palabreria como lo hacen los politicos aqui tantos democratas como republicanos
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