México
del Norte
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Comenzó, finalmente, la discusión en el
pleno del Senado del S.744, “Ley de Seguridad Fronteriza, Oportunidad Económica
y Modernización Migratoria”. En su primera prueba, fue aceptada para discusión
por una votación archimayoritaria de 82 votos contra 15, mostrando un claro
apoyo del Partido Republicano.
No
es de extrañar. La mentada “reforma” comenzó a discutirse en el lado derecho
del espectro político y cada “avance” la ha empujado aún más hacia ese lado. Es
una ley anti-inmigrante, anti-trabajador, pro-negocios y pro-corporaciones.
Es,
además, una propuesta que establece y le da fondos a la “Polimigra”, la policía
como agente de la Migra, muy cerca de lo que hicieron los Republicanos en
varios estados hace un par de años. Lo dijimos en aquél entonces. Las leyes de
Arizona, Georgia, Alabama y otros centros Republicanos de poder eran un
experimento. Cuando les saliera bien, las iban a aplicar a nivel nacional y le
iban a llamar “reforma migratoria”.
Ya
se habían tardado. Su primera intentona fue por allá a principios de los
1990’s, con la Propuesta 187 de California. La más grande, la que todo el mundo
recuerda (o a la mejor no y por eso todavía hay idiotas apoyando esta “reforma),
fue la HR4436, la propuesta de Jim Sensenbrenner en diciembre de 2005. Proponía
un muro en la frontera con México y la criminalización de la inmigración
indocumentada.
No
nos gustó, y por primera vez en la historia todos los activistas de inmigración
nos pusimos de acuerdo y la derrotamos. Salimos a la calle por millones,
inmigrantes, ciudadanos estadounidenses, indocumentados y sus parientes, y la
Sensenbrenner se murió.
Después
la fueron aprobando poquito a poquito, parte por parte, con leyes como la del
Muro de la Ignominia, por el que votaron todos los políticos que habían hablado
contra ella, empezando por Hillary Clinton y Barack Obama, y luego en programas
“administrativos” como el 287(g) de la Polimigra. Los combatimos todos, ganamos
algunas cosillas y perdimos muchas batallas, pero no habíamos perdido la
guerra.
De
Sensenbrenner a Feinstein
El voto a favor de la discusión en el pleno
del Senado bien puede significar perder la guerra.
Desde
que se aprobó en el Comité Judicial de esa Cámara, la propuesta ya venía mala. Ahora
se pondrá peor. El apoyo Republicano tiene condiciones en varios aspectos. A
saber, el control fronterizo extremo, gran oportunidad además de hacer negocio
para los negociantes de armamento y tecnología militar; las ventajas para la
industria carcelera, con penas de 1 y hasta 20 años de cárcel para los
indocumentados reincidentes. De hecho, vale la pena preguntarse si la frontera va a estar
tan segura (el requisito es un 90 por ciento de arrestos y deportaciones), entonces
¿para que quieren tanta nueva cárcel? Pero todo está sujeto a la seguridad.
Según el senador de Tennessee, Lindsey Graham, “no estaría a favor de
regularizar a once millones de “ilegales” sin la existencia de seguridad
fronteriza”.
La
heroína del debate, hasta la fecha, es la Senadora Mazie Hirono, nacida en
Japón de familia filipina y ahora representante de Hawaii (hermoso caso de cómo
se mueven las familias inmigrantes). Hirono logró que se aprobaran enmiendas
para pagar las multas que se cobrarán a los indocumentados en módicas
mensualidades; que se mantenga unida a las familias a la hora de deportarlas,
sin separar hombres y mujeres, y la creación de una ofician de Ombudsman en la
Migra, para proteger los derechos de los inmigrantes en detención.
Los
Republicanos, por su parte, consiguieron la aprobación de 43 enmiendas.
Pero
las enmiendas que me aterran son las Demócratas. La Senadora de California
Diane Feinstein presentó enmiendas para reforzar la vigilancia migratoria, tanto
en la frontera como en el interior; millones de dólares para vigilancia de la
Migra en el mar, millones más para la “Operación Stonegarden”, que extiende “las
tareas de vigilancia fronteriza a las autoridades locales”, es decir la nefasta
Polimigra, acompañado del “SCAAP (Programa Estatal de Asistencia Criminal)”,
que ya se suponía superado. Es la ley de Arizona a nivel nacional.
Es
más, Feinstein fue la primera en proponer una enmienda, para meter en la
propuesta lo que Jim Sensenbrenner no pudo lograr hace siete años: justificar la
criminalización de la migración indocumentada, la cual fue aprobada.
La
verdad, no se cómo los apoyadores incondicionales del Partido Demócrata
justificarán estas propuestas, y no se cómo le hacen para justificar sus
desesperados esfuerzos por aprobarla a toda costa. No se tampoco si dormirán
algún día con la conciencia tranquila por apoyar hoy lo que combatíamos ayer.
Porque
si algo es claro, es que esta no es la reforma por la que luchamos. Esta es la
reforma en contra de la cual luchamos todos esos años.
dificil q se apruebe esta reforma asi como la quieren,esta reforma se cae cuando hablen de cambiar la constitucion y ahi se caera todo y el gobierno ya sea democrata y republican seguiran jugando con nosotros porque no hay voluntad politica para esto ,por eso yo prefiero un TPS a nivel mundial con opcion a viaje- como ven no es reforma ni anmistia por eso es mas facil esto q pelear por una reforma-
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